Extraída de Google |
- No te preocupes, Emilio vendrá por ti. La amistad es un vínculo muy fuerte. Mira lo que hicimos Frodo y yo. Los dos solos, contra Él. Nosotros, lo minúsculo, contra Él, lo Eterno, lo inmenso. Tu amigo no podrá llevarte la carga, ésa es sólo tuya. Pero te acompañará, cargará contigo si hace falta.
Santiago vuelve a sonreír. Agacha la cabeza. Deja que sus pensamientos caigan en el desagüe de la indiferencia. Luego levanta la vista, clava sus ojos en Sam, y con una voz delgada, casi inaudible pregunta:
- ¿Dónde está él?
- ¿Quién? – pregunta Sam.
- Tolkien.
Sam levanta la mano derecha, se la lleva al corazón.
- Aquí – dice.
Y luego le pone la mano en la cabeza a Santiago.
- Y aquí.
- ¿Somos pues únicamente lo que escribimos?
- Sí – dice Sam – sólo eso.