Lo que somos


Extraída de Google
       Él está sentado en una silla de madera y mimbre. Lo tienen atado con una soga humedecida en aceite. Se le nota en la cara el cansancio, la falta de sueño. Hay una multitud de personajes abajo. Samsagaz Gamyi, Sam, sube por la blanca y ancha escalera de caracol. Hay una música de cuerda y viento que perfuma el ambiente, casi inapreciable. Viene descalzo, los pies cubiertos de pelo, como es habitual en él. “Hola, Santiago”, dice. Él le mira, hace un esfuerzo y le sonríe. Tiene los ojos vidriosos, como empapados en alcohol.
       - No te preocupes, Emilio vendrá por ti. La amistad es un vínculo muy fuerte. Mira lo que hicimos Frodo y yo. Los dos solos, contra Él. Nosotros, lo minúsculo, contra Él, lo Eterno, lo inmenso. Tu amigo no podrá llevarte la carga, ésa es sólo tuya. Pero te acompañará, cargará contigo si hace falta.
       Santiago vuelve a sonreír. Agacha la cabeza. Deja que sus pensamientos caigan en el desagüe de la indiferencia. Luego levanta la vista, clava sus ojos en Sam, y con una voz delgada, casi inaudible pregunta:
       - ¿Dónde está él?
       - ¿Quién? – pregunta Sam.
       - Tolkien.
       Sam levanta la mano derecha, se la lleva al corazón.
       - Aquí – dice.
       Y luego le pone la mano en la cabeza a Santiago.
       - Y aquí.
       - ¿Somos pues únicamente lo que escribimos?
       - Sí – dice Sam – sólo eso.