101... continuación

       
       Y a renglón seguido, desde la hondura de su niñez, emerge en su memoria un caldero sobre el fuego, en una cocina de pueblo antigua, el olor de la lumbre. Sobre las llamas un chocolate mutando de sólido a líquido. En el aire el aroma del cacao hirviendo:
       — ¿Por qué esta visión ahora, precisamente ahora, cuando tengo que centrarme en la batalla? ¿Qué tiene que ver esta ventana del ayer con lo que está ocurriendo, con esta intromisión imperdonable? — piensa mientras observa el esferoidal horizonte teñido de destrucción, rojo y blanco, mientras sus ojos orgánicos se llenan con las cegadoras imágenes de las explosiones termonucleares que van golpeando las defensas, las capas superpuestas, demoliendo los cortafuegos.
       Siempre le ha intrigado en grado sumo la fingida arbitrariedad con que aparecen y desaparecen los pensamientos en su consciencia, más si los compara con las predecibles y fiables secuencias de la inteligencia artificial primaria que es él mismo. Su cerebro biológico parece vivir en el caos absoluto.
       Pero ahora, sin tiempo para reflexionar, con la presión de la reacción en todas y cada una de las nano células de su cuerpo, se deja llevar; no le importa dejarse caer en el pozo de lo incomprensible. Hay una naturalidad desconocida y comprometedora de por medio; una naturalidad que, sin embargo, siente como propia, como una sustancia suya largamente olvidada. Eso sí, como no podía ser de otra manera, anota el suceso en el blog de notas de su Inteligencia Artificial, junto a las otras miles de anotaciones más que van llenando un archivo que no para de crecer.
       De pronto el holograma de Teknos, reducido a una estructura que ocupa poco más de un metro cúbico, se hace presente en La Torre. Flota en el aire, a veinte centímetros sobre el suelo. Teknos muestra su verdadera identidad ahora, un paralepípedo de guerra de última generación vestido para la ocasión, con su uniforme de general. En momentos de excepción como éste, el guerrero tiene acceso a la totalidad de datos de los mares digitales, con poder para evaluar, levantar, desmantelar y reestructurar hasta las más intrincadas profundidades. Todos los niveles visibles del orbe digital están disponibles para él. Teknos representa la perfección destructora del número seis. El mismo Lilu parece temblar ante su presencia, tal la crueldad de las imágenes en tiempo real de todas las guerras conocidas que en sus paredes, ahora lisas y refulgentes como un cristal al medio día, se pueden observar.
       — Llena los estanque, levanta las pasarelas, sella las puertas, alza las almenas. Todos los elementos defensivos deben ser activados — ordena Lilu.
      Teknos descompone sus seis elementos y dibuja en el aire un rostro humano tridimensional pintado para el combate que sonríe sádicamente. También una mano derecha robótica de acero sobre la sien, a modo de saludo. Finalmente deja oír su voz metálica, su voz exacta, su fría voz de muerte:
       — Sí, Señor.
       Y se descompone en minúsculas lucecitas de confeti electrónico que caen y desaparecen en la nada traslúcida inferior del holograma, como si no quisieran tocar el suelo.



Continuará...



101 cookies y una batalla

Capítulo Primero: La huida


Montaje de Santiago Solano
       El pueblo está dentro de la esfera de plasma. Y los cortafuegos de capas superpuestas sobre la esfera, separados de ésta por un campo de fuerza invisible al ojo humano. Cuando la esfera y los cortafuegos empiezan a flaquear, cuando las hordas mentales se materializan en soldados armados hasta los dientes e invaden los campos de cultivo orgánico, Lilu decide trasladarse a Puerto Origen. Pero antes hay que dejar la defensa de La Casa resuelta, hay que decidir las líneas maestras de la estrategia bélica a seguir, hay que poner al frente de todo a alguien capaz de llevarlo a cabo, con todos los recursos disponibles.
       Lilu mira a Dogo, que parece más una estatua de metal que un ser vivo, y le dice:
      — Despierta a Teknos.
      Dogo es su guardaespaldas personal, una inteligencia artificial de seguridad, un soldado boina verde en cuerpo mecánico de perro con extremidades extensibles y permutables. Dogo le sigue a todos lados por expreso deseo del su propio yo digital.
       El cánido se activa al instante, hace una especie de reverencia y baja las escaleras de la torre a todo correr. Sale de la casa y baja por la Calle de Nohalos, llega a la Plaza de España; y luego gira a la derecha, buscando la Calle Toledo. Desde la altura de la torre, los ojos orgánicos del post humano lo ven hacerse cada vez más pequeño, luego desaparecer tras los muros de las casas.
       Lilu no puede creer que el escudo que ha resistido los embates de trescientos años de intemperie radioactiva esté ahora literalmente licuándose, disolviéndose y mezclándose con los escombros que el avance de la agresión psíquica va produciendo. La Humanidad es historia, de eso no hay duda, pero la fuerza empática desarrollada en el tiempo geológico de su existencia, encerrada en los rescoldos del recuerdo, pervive. Y a poco que se urge en ella actúa. Y ahora está más activa que nunca.
       Lilu, es decir Elías Quimey, uno de los tres, no acierta a comprender que toda la estructura digital se vaya contaminado, lenta pero inexorablemente, de la inexactitud de la ventolera neuronal. Él sabe que ella siempre ha estado ahí, siempre presente, en estado de latencia, como un mal augurio o un ruido de fondo. Pero ahora, de repente, arrecia, y con fuerza, con un ímpetu irrefrenable. Algo la impulsa, algo como un hálito mental de origen desconocido que mueve todos los hilos a su antojo y que parece estar situado allende las fronteras, más allá desde luego del espacio caliente del Sistema Solar, muy lejos de la burbuja de partículas cargadas con que se protege nuestro sol, en ese helado y desconocido espacio inter estar. Al menos esos son los informes que envían los reservistas, los viejos programas de formación básica, enviados por su mismo yo digital en misión de observadores.
       — No era previsible nada de esto, de ahí esta facilidad, esta indefensión — dice para sí.


Continuará...




Una "décima" y un hasta pronto



Ya me voy de vacaciones,
y antes debo improvisar
una décima en mi hogar
exenta de pretensiones.
Me gusta escribir canciones
bajo un lindo limonero,
en mi casa es el primero
para escribir a la sombra,
y siempre a todos asombra
cuando florece en enero.

Nota:

Todos a pasarlo bien
y a disfrutar del calor,
aquí va mi parabién:
¡Os deseo… lo mejor!


P.D,)
Os prometo que la situación del limonero de casa es así, tal y  como se ve en la foto; que es verdad que escribo canciones, no me lo he inventado para rimar, y el muro, en vez de ser blanco, está pintado de verde; ahora tengo la sensación de que estoy delante de la entrada de mi casa. A la derecha tenemos el portal, igual que en la foto. ¡Alucino! Os acordáis de aquel Micro Relato que escribí: "Una Voz", pues en él os hablaba de este mismo limonero....
Hasta pronto!!





La cita

Extraída de Google

       Había estado esperando al nuevo administrador durante todo el día, y eso la tenía bastante nerviosa.
       Amanda revisaba las facturas de la granja en un ambiente de excesivo calor, que la tenía totalmente exhausta. Su anterior capataz, por motivos de salud, se había trasladado a un sitio menos húmedo, dejándole a su cargo toda la responsabilidad y trabajo inherentes a la hacienda. Estaba tan agobiada y cansada, que decidió tomarse un respiro, y se fue a cabalgar en su caballo blanco.
       A su regreso, ya más relajada, pudo ver en el porche a un caballero alto y guapo, vestido elegantemente, con sombrero blanco, y de ojos almendrados color verde. Su piel, tostada por el sol, favorecía aún más su aspecto varonil y criollo.
       Después de haber intercambiado algunas palabras, Amanda estimó conveniente invitarle a cenar, y fueron a una glorieta situada en el patio trasero; donde años atrás su padre, aficionado a la jardinerÍa, había sembrado gardenias y lilas, dando a la tarde un toque mágico debido al aroma que desprendían las flores. Asimismo, había parras de uvas que colgaban en sendos ramos, y lucían todo su esplendor. Una música de fondo amenizaba la tarde.
      La cena era deliciosa, a base de perdiz estofada con dátiles y frutos varios, caviar, champagne, y la pincelada necesaria para disfrutar de un ambiente especial, se lograba con un candelabro de color oro, de luz tenue, exquisitamente adornado con rosas blancas. Cabe asimismo destacar un valioso cofrecito de nácar, en una mesita cercana a los dos, del cual asomaban tímidamente unos habanos de gran calidad, que su padre había traido de la India en su último viaje.
      De pronto, irrumpió en la estancia su criado…señora, señora, ¡despierte!...recuerde que tiene una cita con el abogado… a las 7.





La vida es una sorpresa

La vida es una sorpresa.

Un sendero por descubrir.

Los poemas, lentamente,
se van dibujando
en el alma.

En el horizonte surgen
destellos luminosos
que nos atrae por caminos
secretos,

A veces logramos llegar,
alcanzamos las metas deseadas,
los sueños perseguidos
durante tanto tiempo.

Somos felices.

Dichosos.

Pero no siempre lo logramos,
nos perdemos en recovecos
tramposos,

Y aquel horizonte se diluye
en un atardecer difuso.

Una calma capaz de resistir





Crisis.
Silencios que apuñalan.
Miradas me acosan.
Tus ojos, los míos, los de los demás.
Mi corazón encogido y el tuyo envenenado.
Presencias que juzgan. Me lastiman.
Bocas.
La tuya callada. La tuya con odio. La tuya gritando.
Ansiedad. Solo la mía.
Me volví loca.

Rojas mi compañero de secundaria

      Siempre tenía una carcajada tratando de escaparse de la boca, por ello en cualquier situación en que se debía respeto y silencio, la aprovechábamos para disfrutar de los resultados, fuera cuando el Director de la Escuela trataba de enseñarnos las virtudes de la civilidad o en alguna ceremonia en donde el silencio se imponía. Reconozco que nos habíamos portado mal y merecíamos una reprimenda. Por ello los tres muy serios esperábamos al señor Director en su oficina. Tomás sacó del bolsillo un lápiz y en un trozo de papel hizo unos trazos rápidos que para nosotros representaban a la autoridad de la escuela y a un estudiante indefenso. Con el ingreso del director, guardó el papel en su bolsillo.
       Como era de esperarse, como una tormenta de invierno cayó sobre nosotros las palabras de autoridad del director, mientras Ireneo entregaba el papel en manos de Rojas, este lo guardo unos segundos en el puño cerrado, la duda fue más fuerte que las recias palabras que sobre nosotros caían. Con la vista al suelo contempló la imagen, primero sus labios se extendieron, los ojos se cerraron y una hermosa carcajada brotó de su garganta, mientras Ireneo y yo mostrábamos una seriedad intachable. El director con su pequeña estatura se le vio crecer, enrojecer su cara y estallar en denuestos. Salimos bien librados, Rojas permaneció con el señor Director por horas.

Walt Disney nos tenía miedo

A mi sobrina le encanta
la madrastra de Cenicienta.
Sólo por eso,
ya sé que será más lista que yo.
Confieso que a mí me gustaban las princesas:
las tontas,
las quietas,
las calladas,
las sumisas,
las dormidas
a la espera de que un tipo rico,
y con poder por obra de espermatozoides me salvara.


Cenicienta aguantó explotación laboral
hasta el día que le regalaron un vestido caro.


Ariel aceptó perder su voz
por eso que le dijeron que se llamaba amor.


Mulán tras apretarse los pechos para esconderlos
y ganar una guerra,
terminó únicamente ganando un marido.


La mujer que viste raro,
que ríe a carcajadas,
que interrumpe a los hombres
y vive sola
es siempre la mala.


Los cuentos de princesas
son la forma que tiene el poder
de enseñarte poquito a poco
cuál debe ser tu lugar.


Pero de esto te das cuenta más adelante
cuando ya es irremediable que seas feminista
y descubres que cualquier país,
por lejano que esté,
siempre será mejor sin principes ni princesas.

Noche de ronda

Extraída de Google
        Es la madrugada de este día. La evidencia es un puñal consciente. 
       Los oídos oyen la llamada de la nada convocando a reunión. Las horas son recios caballos negros. 
       La certeza de que no habrá mañana se alza como una pregunta sin respuesta. Sólo eso, la interrogación: esa mujer preñada que baila ese ritmo impar del silencio.
       Todas las vidas parecen antorchas; también tu pequeño amor es en vano. Tú también estás en esta quimera, en este más acá de la incógnita del último segundo. Cuando se cierren las puertas la casa estará terminada, pero no habrá nadie vivo para habitarla. 

Brasas


         
          Me están quemando las brasas
 del fuego de tu pasión,
 y mi piel ya se lacera
 mi sexo arde, y toda Yo.


Todo lo tuyo una farsa
que un buen día terminó,
todavía existen trazas
de aquello que nos unió.


Ahora no lloro, no río,
y me invade el estupor;
tengo ante mi un desafío...
¡olvidar al impostor!


Por qué sola va sin nadie,
Por qué no encuentra el amor
Por qué veo en sus pupilas…
“dos gotitas” de dolor.

La piscina

Extraída de Google.
Montaje. Lilu


       Salgo de casa cuando el reloj de la iglesia da cinco campanadas. El sol lame con fuerza los escalones de poniente. Vienen conmigo Daniel y Adrián, mis sobrinos nietos, siete y cinco respectivamente. Vamos los tres igual: traje de baño, gorro, chanclas y toalla.
       Poco importa que mi gorro sea de mago, negro y puntiagudo, y sus gorras ambas con visera curva. Al llegar al complejo recreativo yo enseño mi bono mensual y ellos pagan la sesión a un euro cada uno. Antes de bajar al agua de la piscina nos duchamos. Luego vienen los juegos, ellos dos contra mi...
felicidad.

El bosque encantado


Como siempre en la mañana
muy temprano me fui a andar,
no tenía muchas ganas
y menos... de trabajar.

Y de repente en la calle
algo vi descomunal,
me desconcertó una planta
de un tamaño sin igual.



Me sentí muy pequeñita
y me embargó la emoción,
y es menester que yo admita
tal extraña sensación.

Asombrosos eucaliptos
campanillas de violetas,
¡un conejo! flores, setas;
incluso un león Gigante
me esperaba en bicicleta.

¡Era mi Hado!…
                          estaba en el bosque encantado!

Me llevó allí de visita
para darme una sorpresa
y aunque suelo ser muy lista
yo me quedé patitiesa.

Y es que a veces mi buen Hado
se transforma en un ratón,
una cigüeña, una rana,
¡amigos tengo un montón!
e incluso una caracola
que es de nueva aparición.

Y asimismo pude ver…
en un tronco de bambú
a una cobaya yacer
muy próxima a dar a luz.

¡Una Ceiba! majestuosa
llamó mucho mi atención
en su copa una paloma
sonreía de emoción.

Y aleteó de repente
para mostrarme su amor,
de una forma tan vehemente
que en el bosque salió el sol.

Y ahora yo estoy tan a gusto
que no me quiero marchar,
de este bosque con disgusto
si dejo de conversar.

Adoro las madreselvas,
con los delfines hablar.

Y ya para finalizar
un consejo aquí os predico:
¡Hay que aprender a soñar!
“alforjas” llevo en mi pico
con historias que contar……

A la gloria se llega en Limonusine


Extraída de Google

Delante
del Plaza Hotel,
en la Grand Army Plaza
de Manhattan,
un conserje imponente luce
su barroco uniforme.


Yo me consideraba algo así como un dios
tras publicar mi poemario
pero el conserje, ni siquiera
se dignó dirigirme una mirada.


No creáis las mentiras que nos cuentan
sobre la libertad
para forjarnos el destino.


Todos, fijaos bien, llegamos a este mundo
a través de la puerta del hotel
y debemos pasar frente al conserje
que sólo a una pequeña minoría
proporciona la regia limousine,
e ignora a los demás.


¿Qué criterios le guían? ¿Podemos alterarlos?
Quizás alguno lo consiga
pero jamás a golpe de poemas.


Resignaos, vosotros mis sufridos poetas.
A la gloria, ¡Creedme!
sólo se llega en limousine.



... de "Itinerarios poéticos", Sial Fugger, 2006

Benevolencia (Extracto de “La verdadera historia de Oz”)

       «Adelante», dijo el mago y el hombre de hojalata le respondió: «He venido a por mi corazón».

Extraída de Google
       «Muy bien, pero no haré un agujero en tu pecho metálico para colocarlo; se me ocurre una cosa mejor», repuso meditabundo el mago mientras de una mesita cercana tomaba un cofre. Lo abrió para ofrecérselo al hombre de hojalata. «¿Será un corazón bondadoso?», preguntó este con algunas dudas. «La elección es solo tuya», fue su respuesta.
       Así fue cómo consiguió un corazón de oro el antiguo leñador, maldito por la bruja malvada del Oeste, de una entresaca de huevos de chocolate, envueltos en bonitos papeles de colores brillantes.

Soria

Extraída de Google

La hoja rojiza
de arterias nerviosas y negras
le rinde pleitesía a mis ojos,
deshabitando el miedo de mi memoria.

Ha caído de un árbol
hecho a golpe de poesía,
en la vereda donde da el sol
y no deja que ningún ruido
altere un amor secreto,
que sin estar oculto
es cosa de este lugar y de dos.
Un olor a tierra seca,
amarillento y ansioso,
camina por el sendero junto al río
salvándome un sueño.

Capítulo 3 - No hospital

      


       A chamada Ala dos Doentes Mentais era mais uma expressão técnica do que prática, já que se tratava de um hospital público. Em virtude das precárias instalações não havia uma efetiva divisão dos pacientes. De modo geral, os doentes ali iam dos pouco aos muito perturbados, tal como ocorre entre os mais e os menos normais, encontrados na sociedade - desde que sejam guardadas as devidas proporções.
       E Alves, para sua sorte ocupava uma cama daquela enfermaria onde somente três das cinco estavam ocupadas. Era um cômodo relativamente grande, com duas janelas altas em cada parede e duas filas de três camas, uma de cada lado. A ocupada por Alves ficava ao fundo e no canto, de modo que a uma só olhada ele podia ver toda a enfermaria. Não se preocupou em saber quem eram os outros dois pacientes. 
       De um modo curioso, o que ele sentia era um grande alívio, pois, mais uma vez – pensava ele -, estava a salvo. Deixou-se ficar deitado, pensando em tudo o que acontecera nos últimos dias e em como havia enganado a todos. Seus pertences estavam colocados em segurança sobre a mesa de cabeceira do lado direito de seu leito. 
       Quando acordou, a manhã já ia alta. A claridade tomava conta do ambiente e de sua mente também. Nunca se sentira tão lúcido e despreocupado. Aos poucos e à medida transcorrera o dia e a noite ia chegando, foi se dando conta que não faria diferença alguma se ele tivesse levantado ou não, pois ninguém aparecera até àquela hora da noite. Tudo estava como no dia anterior. A este pensamento não pode deixar de dar uma gargalhada e em seguida levantou a cabeça esperando encontrar todos olhando para ele, mas não. O silêncio voltou a ocupar o seu lugar na enfermaria, como um paciente que nunca saíra e nunca sairia dali. Então riu outra vez, e outra e assim cada vez ria mais alto chegando a ficar com os olhos cheios d’água. E, então, cansado de tanto rir, deitou de costas na cama com os olhos fechados pelas lágrimas.
       Subitamente, sentiu que mãos fortes agarravam seu corpo de tal maneira que não conseguia mover um músculo sequer e, ao mesmo tempo, sentiu uma agulhada no seu braço esquerdo e, logo em seguida, aquelas mãos o soltaram e mais uma vez. 
       Viu-se sozinho na cama. O sono veio matar o seu riso. Quando abriu novamente os olhos já estava escuro e ficou sem saber se havia sonhado, se era a noite do mesmo dia ou se já era outra noite novamente. Só a dor no braço lhe falava que acontecera. 
       Levantou-se assustado e viu sobre a mesinha de cabeceira uma bandeja com comida, já agora fria. Não sabia quando comera da última vez e estava com fome. Comeu recostado na cama. Depois de passado algum tempo sua mente foi se recuperando. Já se lembrava do dia em que ali entrara, mas não sabia desde quando estava ali, embora achasse que fora no dia anterior. Mas não tinha certeza. 
       Voltou a pensar no que lhe acontecera e sentiu-se como antes se sentia lá fora: encurralado e sem saber o que poderia fazer e de que forma poderia lutar. Sabia que não estava mais lá fora, mas, também sabia que em seu interior, ele era a mesma pessoa. Mudara apenas de lugar. A única coisa que não poderia ser mudado era o seu pensamento. Não poderiam impedir que ele pensasse. Encolheu-se na cama tapando-se com a coberta, como uma criança, com medo dos monstros que poderiam sair do armário onde estavam trancafiados. 
       Dormiu e acordou várias vezes, sem sair de seu leito. Nunca vira ninguém trazer a comida, mas todos os dias a bandeja estava sobre a mesinha. Era só esticar o braço, pegar e comer. Além disso, só lhe restava o conforto trazido pela segurança que sentia sob as cobertas, entregue a pensamentos que lhe parecia terem vida própria e que não cessavam, surgindo de algum lugar como cometas chamejantes rasgando o vácuo do infinito de sua mente. 
       Para que serve o pensamento? Para pensar. Mas, em primeiro lugar, servia para levá-lo de um lugar para outro, independente de espaço e tempo – lembrou que estudara isso na escola. Se vamos pescar próximo à margem, por que ter um barco? – Seu avô sempre falava. Mas, tendo um barco, por que pescar na margem? Assim, tal como o pensamento o barco não fora feito para as beiradas dos rios ou mares, era para pescar em águas profundas. E para isso servia o pensamento e não para ficar na superficial. Para a superfície existiam os cinco sentidos. Logo, pensar superficialmente não era tarefa própria e nem a mais importante do pensamento. Não é a melhor qualidade que possui um veículo de transporte. O pensamento como um veículo, pode nos levar a lugares desconhecidos. Basta que esteja habilitado para isso. E que possa levar e trazer de volta, deve ser bem equipado.
       Com seu pensamento, Alves sentia-se bem no mar; podia ir por seus caminhos, livres de fronteiras físicas. Buscava harmonia e não desavença. Aí então, por sobre as águas, podia conhecer a enorme variedade de vida existente em todo o universo. O desconhecido não é perigoso, perigosa pode ser a maneira como cada um vai para ele. Uns lutam para ir e outros não. Os que vão – pensava ele -, devem abandonar-se ao fluir do seu compasso. 
       Mas a quem irei? – Perguntava a si mesmo. A quem deverei dirigir meus pensamentos? Quais as pessoas que deveriam ouvi-los? Sem dúvida àqueles que dirigem o mundo. Mas quem são esses? Acaso seriam os políticos, os reis, os líderes religiosos, os presidentes, os ministros, os filósofos, os moralistas... Mas são tantos! Será que não haveria um único nome que eu pudesse dar a todos eles? O que têm eles em comum? A riqueza e, consequentemente, o poder... Sim, é isso... Os que são ricos detêm o poder! Seria assim que os designaria de agora em diante, concluiu Alves.
       Assim ficava ele, vagando com seus pensamentos. Escreverei o que cada um deve saber. Quem sabe suas almas possam ser tocadas e, em seguida, também modifiquem seus interesses e eles modifiquem o mundo para melhor. Mas, devo ser cuidadoso. Um homem com poder não gosta que toquem em suas consciências. Mas, por outro lado, não vou dizer o que eles devem fazer; apenas os fustigarei um pouco. Perguntarei muitas coisas também. Eles gostam de pensar que sabem tudo. 
       Seu pensamento, subitamente, estacou diante de uma pergunta: como conseguirei fazer isso?
     


Un día como hoy...10 de mayo de 2015



                

Hay algo que yo me temo
y que me pone a temblar,
se me rompen los baremos
si la casa hay que limpiar







La escritura y la limpieza
difícil de conciliar…
así que me quedo tiesa,
y me pongo a cavilar…

Me cojo un piscolabillo
de un jamón para probar,
en ese intante “un diablillo”
acude, y me empieza a hablar:

¡Ahora yo no estoy de guasa!
y vete a coger la pluma,
olvídate de la casa…
¡antes de que te consumas!

¡Testaruda! sin jamuga…
Poetisa… no lo sé,
y cómete ya el Beluga,
o yo me lo engulliré.

Ve a tu fábrica de sueños
y crea ya  “UN MUNDO APARTE”
que no sean sólo ensueños,
y que también tengan arte.













Convocatoria


Admiración y reconocimiento

       Éramos unos adolescentes cuando se supo la noticia: Tomás padecía gonorrea, enfermedad terrible de la cual ni idea teníamos…
       Fue la noticia del año escolar, si hubiese habido algún certamen, el primer sitio lo hubiera ocupado sin duda la espantosa noticia, por otro lado se nos había anticipado. Había tenido relaciones sexuales antes que nosotros y aquello era envidiable, aún considerando el peligro de la enfermedad.
       Tomás vivía con sus tíos ya que sus padres tenían su casa en el campo, al parecer una de las chicas trabajadoras del pequeño negocio familiar, fue la responsable de que los tíos y el sobrino que también participaba en el festín, resultaran coronados.
       Algunos millones de unidades de penicilina resolvieron el problema y nuestro reconocimiento se acrecentó, cuando desde lejos contemplábamos a nuestro amigo rodeado de las chicas más hermosas de la escuela.

Dedicatoria

"Sólo una cosa vuelve un sueño imposible:
el miedo a fracasar".

Paulo Coelho



Que el mirífico viento del sur, amigos míos,
oriente la mirada hacia dentro de uno mismo;
que agite los océanos de las emociones,
e incendie las olas de la sensibilidad;
que borre las frágiles líneas que nos separan
y extienda las alas blancas de la fantasía.


Compañeros, que el muy cálido viento del sur
renueve las aguas muertas de los sentimientos;
derribe los muros de la insolidaridad,
arrase los guetos de la ignorancia culpable,
separe las aguas sombrías que nos aíslan,
conserve el fuego vivo de la ardiente Utopía.

Que el tórrido viento del sur, es mi deseo,
derrita el hielo sórdido de la indiferencia;
expanda dulce fragancia de compasión
y avive el fuego viejo de viejos corazones;
que sople el rescoldo del amor que languidece
e insufle en nuestras almas una esperanza nueva.




... del poemario, VIENTO DEL SUR,
Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2009

Un cojín de sueños


Oigo la flauta el violín
y mi mente se desboca,
oigo cantar a una rosa
y el eco es de un alelí.


Y en esta locura siento
al amanecer, al alba
mi espíritu canta y mi alma
puede ver a un ruiseñor,
en su pico un crisantemo
y una nota con destellos...
ponen fin a mi dolor.




La noche soporta mis manías




La noche soporta mis manías, 
mi esquizofrenia llena
sus horas apacibles
en un tormento existencial.


Sus palabras maternales
son cuchillos hambrientos.



Mis versos deambulan
por caminos traviesos,
escapan de mis sueños asesinos
que sólo desean
perderse en espejos de tardes lejanas
y desangrarme de amor.

Fantasmas del ayer



Y en el silencio ahora herido
por fantasmas del ayer,
me han dicho aquí está prohibido
que yo te vuelva a querer.



Esos días apacibles
en que yo pensaba en ti,
y mi ser era visible
porque cuidabas de mi.


Cuando alcanzaste mi pecho
mi boca fue tu panal,
cuando llegaste a mi lecho
yo me volví manantial.


Fueron años de locura,
años de intenso placer…
y yo no encuentro la cura
a tan dulce padecer.


Desazón








Mi corazón está seco,
es un pozo sin brocal
a la espera de que el agua
dulce brote en manantial



Yo espero junto a la fuente,
escucho al viento soplar,
quiero algo diferente...
con las magnolias hablar.

Y no pensar en quimeras,
salir volando hacia el mar,
deseo cruzar fronteras
y que me puedas hallar.

Ahora he perdido la calma...
y me adentro en la tiniebla,
se encoge mi pecho, y mi alma
se hace presa de la niebla.




Reflexión






En este aciago momento
de su amarga desventura
trata de hacer un recuento...
para su pena, no hay cura.







Hablaron los sentimientos
del amor y del placer
de la lujuria, el tormento
de vivir para querer.

Y después de tanto tiempo
no sé por qué piensa en ti,
una lágrima a destiempo
le evoca que fue feliz.

Hay hombres que dejan huella
unos menos y otros más,
los menos ya los olvidas
y los más sin dilación…
te van rompiendo la vida
y quiebran…¡el corazón!



Tanto negué


Extraída de Google


Será verdad que mientras duermes
y el negro silencio nos arropa,
las preguntas piden tregua,
las respuestas tu derrota.


Qué aunque nada se te escuche,
ni tenga voz tu grito,
tu mente sigue al mando,
en un bucle infinito.


Qué mientras se regenera el aire,
y descansan nuestros cuerpos,
los ejércitos del alma,
atienden a sus propios muertos.


Y cuando el día se ha marchado,
y es la noche fiel balanza,
a pesar de estar dormido,
tus sueños suscriben alabanzas.



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Tanto esperé, que ya sufría...
Tanto logré, que estaba lleno...
Tanto imploré, que al fin reía...
Tanto negué, que ahora lo quiero.






Pasaje al olvido



       El rumor del cierre de fronteras, ante el éxodo masivo hacia Sudamérica, ha disparado la afluencia al muelle. Mistura se coloca en la fila de embarque. 
       —¿Nombre? 
       —Mistura. 
       —¿Con equis o ese? 
       —Soy parónima, aunque prefiero con ese. 
       —¿Sabe que su naturaleza puede modificarse al cambiar de país?
       Mistura recapacita. En Sudamérica su nombre también significa confeti. Expresión evocadora de alegría y que, seguro, no estará etiquetada de «fórmula poco usada» como en España. Sin tiempo de aceptar, observa a los estibadores recoger, a la orden de «ni una palabra más», las amarras.. 

       Un jovial grupo de vocablos recién nacidos rompe el silencio de la Academia. Mistura los mira con nostalgia, antes de penetrar en la estancia de las palabras olvidadas.



Gritos en la noche


Extraída de Google

Cenábamos, Colette y yo,
en un pequeño y familiar bistro
donde reina la calma
sin dejar de mirarnos a los ojos.
Si la felicidad existe
sólo puede encontrarse en las pupilas
de la persona amada.


Cada noche,
en un modesto hotel
levantábamos un altar
a la loca pasión que nos unía.
Ni el bistró ni el hotel existen ya.
¿Dónde encontrarte ahora
mi soñada Colette? iQué triste está París si tú no estás!


Te busco infatigable por los viejos faubourgs.
Subo las escaleras de Montmartre 
anhelante te espero hasta el amanecer,
me paseo sin nimbo por el Barrio Latino
y te lloro en la plaza Furstenberg.


Las sombras ya comienzan
a envolver en misterio la ciudad.


He salido al balcón
para llamarte a gritos en la noche
y que mi voz retumbe
por todos los tejados de París.
Para pedir que vuelvas te leo este poema.


¡ Colette,
allá dónde te encuentres
reúnete conmigo,
regresa junto a mí aunque estés muerta!



... de "Itinerarios poéticos", Sial Fugger, 2006

Me gusta el agua

Extraída de Google

Está lloviendo, y voy camino a casa.
Me gusta la lluvia.
Aunque las enormes gotas evocan tu recuerdo,
ante mí la cortina sigo abriendo.

Río de paraguas, de todos los colores.
Me gusta éste paseo.
Aunque éste ballet tiene caras tristes,
camino, e intento hacer que no existen.

Aceras empapadas, riachuelos perdidos.
Me gusta el agua.
Aunque mis calados zapatos lloren,
continuo, ahora beberán las flores

Nubes oscuras, como impresionantes cuadros.
Me gusta el gris.
Aunque se ciernan plomizas sobre mí,
te espero, y nada me haría más feliz.



Déjame - Alguien tenía que saberlo

Pérdida total de esperanza.


 
Justo cuando la vista se me nubla es como si las puertas del infierno de mi cabeza se abren, salen todos esos pensamientos atados por los medicamentos que dejaron de hacer efecto; todos los sonidos, las voces que estaban adentro ahora están afuera, se escucha real, se escucha lejos; como en un túnel, no es el eco, ya no es solo una, ya no es solo ella; hay muchas risas al fondo y ella sutilmente me humilla, todo lo que parecía ir desapareciendo reaparece con más fuerza, más intensidad para repetirme que no parara que tal vez se sienta que acabó pero ahí está dispuesta a salir de nuevo cuando le plazca, que ya estoy loca. 

No hay vuelta atrás, las lágrimas no paran de salir y yo no dejo de taparme los oídos como si lo que escucho no proviniera de allí. ¿Cómo es que en momentos puedo ser completamente normal?, es que en realidad no lo soy, parece que sí pero no, ahí en lo más profundo de mi estado más alto de "normalidad" esta mi demencia. He escuchado mucho que tengo cura, que no es tan grave, que me apoyan, que saldré adelante, todo pasará y podre tener una vida "normal", pero nada de eso me sirve, nada de lo que digas, nada de lo que digan va a entrar por mis oídos y quedar en mi mente si no me lo creo yo primero, y lamentablemente no lo creo, no tengo fe, esperanza o como le digan. Realmente no me soporto, no quiero vivir conmigo el resto de mi vida, no quiero sentirme la loca a la que le tienen lastima, no quiero, no quiero, ¡hay tantas cosas que no quiero! y no me quiero. Solo quiero que todo acabe, no se cómo, pero que termine toda esta maldición.

Reivindico no morir nunca


       Disculpas. Hoy quiero escribir descarnado, apartar la belleza, eliminar el artificio. Dividir las palabras en átomos y quedarme con la raíz, con lo auténtico. Perseguiré a los adjetivos para eliminar su diabólica influencia, encerraré toda letra que no lleve este mensaje como oxígeno a las venas. Seré escueto, esquemático, telegráfico. Mañana quizás vuelva al paraíso engañoso de los párrafos largos. Hoy quiero escribir desde la desnudez, desde la base misma del deseo de vida eterna del ser humano. Sólo quiero decir esto: reinvindico no morir nunca.



Capitulo 2 – Um tempo para pensar





       Vamos encontrar nosso herói na igreja ao lado dos caixões de seus pais. Era a missa de exéquias ou missa dos mortos, considerada pelos cristãos católicos o ponto alto dos funerais. Pela última vez os corpos de seus pais eram conduzidos para a igreja onde, durante suas vidas, congregaram com os outros membros, participando da Ceia do Senhor, vivendo os mistérios de Cristo e crescendo na caridade cristã. Seus despojos mortais representavam tudo o que eles foram durante suas vidas. Nessa missa a comunidade rende graças a Deus por todo o bem realizado neles, evocando suas virtudes ao mesmo tempo em que a comunidade é edificada. Por eles intercede a Deus, que lhes perdoe os pecados e lhes conceda a felicidade eterna que não conseguiram aqui na terra. Essa fora a explicação dada ao filho sobre o significado daquele ato religioso. Alves ouviu sem ter escutado. Terminada a cerimônia todos se foram depois de, inutilmente, tentarem expressar seus pêsames ao único parente presente.
       Desde o momento em que entrou na igreja e sentara ao lado dos dois ataúdes, qual uma cria ao lado do corpo protetor, Alves não mais se mexeu. Sentado e olhando fixamente para um lugar indeterminado no alto. Nada nele demonstrava que estivesse vivo a não ser pelos olhos que se mantinham abertos e que, de vez em quando, piscavam. Todos atribuíam tal comportamento à dor causada pela perda, de uma só vez, do pai e da mãe. Ele estava naquela mesma posição desde que chegara. Ao final da cerimônia, só ficara o padre ali na igreja que, sentado ao seu lado, esperava numa atitude coerente de um confortador de almas - dos vivos. 
       Entretanto, era necessário que os corpos fossem levados à sua última morada e o padre tinha outros compromissos e, quem sabe, talvez outras almas a confortar. Mas foi só depois de muito insistir com aquele filho ferido e nada conseguindo, nem sequer um leve movimento ou expressão facial ou algo que demonstrasse que estava vivo, foi que o sacerdote, segurando-o pelo braço conseguiu que ele se levantasse e o féretro pode seguir para o cemitério ao lado, onde já os aguardavam algumas daquelas pessoas que na igreja estiveram. Ao ser conduzido, Alves não esboçara a menor reação e caminhava pelo salão da igreja como se ali não estivesse.
       Ao final, depois da última pá de cal, o padre ainda chegou a esboçar a intenção de levá-lo para casa, porém, não completara o gesto como se adivinhasse qual seria a reação e achou melhor deixa-lo ainda um pouco mais entregue à sua dor. Afastou-se depois de fazer o sinal da cruz. A noite caiu e Alves continuou lá.
      Na manhã seguinte os funcionários do cemitério foram encontrá-lo ao lado dos túmulos, sob uma chuva fina que caia. Estava acocorado e com os braços apertando os joelhos junto ao peito, todo seu corpo tremia. Aproximando-se, um dos funcionários tocou em seu ombro e sem receber nenhuma resposta, percebeu que ele estava inconsciente levaram-no para o hospital público mais próximo e deixaram-no lá. Tinham mais o que fazer.
       Depois de passar cinco dias em observação, durante os quais foi submetido a diversos exames clínicos, sem ter sido encontrado nada de anormal, Alves foi liberado. Seu corpo estava são. Se tivessem acompanhado a sua vida nos anos seguintes, talvez os médicos viessem a modificar o diagnóstico.
      Uma vez na rua, Alves olhou ao redor e não soube onde estava. Assim, fraco e desnorteado vagou pelas ruas em direção a lugar nenhum e acabou chegando, sem saber como, ao apartamento onde morava. Deixou-se cair numa poltrona e acabou adormecendo.
      Com o passar do tempo, embora não apresentasse qualquer sintoma neurótico, e muito menos psicótico, o fato é que Alves sentia enorme dificuldade para expor-se ao mundo, fora daquelas paredes que lhe davam segurança. Sabia que o mundo lá fora exigiria dele renúncias e constantes conflitos, experiências e improvisações penosas. Pensando e sentindo-se assim, não tardou a surgir o impulso de fugir à realidade. A vida sempre encontra possibilidades de contornar a realidade, vela-la e suprimi-la com o prazer momentâneo da satisfação fugaz que alivia, mas que também cobra um preço, que pode vir pela renúncia voluntária em viver ou o de isolar-se mentalmente. Ele se defrontava com a opção da escolha entre aceitar ou negar a realidade. Ele sabia, de maneira clara, que precisava esquivar-se dos conflitos existentes no mundo exterior. Mas como? - Era o que se perguntava.
      Ele precisava de tempo. Tempo para pensar, para colocar seus pensamentos em ordem, antes de enfrentar a luta pela sobrevivência no mundo lá fora. Sua ideia sobre o que era a vida não estava em harmonia com o que era de fato a realidade. Não podia ser assim. Precisa descobrir quem estava certo: ele ou o mundo. Este pensamento não era novo, era o mesmo que não o largava desde o momento em que recebera a notícia da morte dos pais, o mesmo que ocupava sua mente quando estava na igreja, enquanto as pessoas atribuíam seu mutismo à dor pela perda. Era ainda o mesmo que estivera com ele no cemitério. 
       Gotas de suor escorriam pelo seu rosto ao mesmo tempo em que uma onda de calor subia-lhe à cabeça e, sentindo-se subitamente fraco e sem apoio, desfaleceu no chão da cozinha junto à geladeira. Quando acordou no hospital a que fora levado por aqueles mesmos vizinhos que Alves desdenhava, ficou sabendo pela voz do médico o diagnóstico do seu mal; foi quando percebeu que o destino lhe dera o tempo de que precisava. Naquele mesmo dia, foi removido para a ala do hospital destinada aos doentes mentais.



¡Ay!, de mi alma


Poema y Diseño de Fondo (Carlos Suárez)

Ebriedad

Extraída de Google

Ya sueña mi pestaña
ebria, curva y fuerte,
que la mece la luna
en su seno sinuoso.
Ya se mueve una rama
desde el azul que corre
hasta la gran cruz del sur,
desde el vino que bebí
hasta esa copa de sol.


Me agacho ante la puerta
de mi gran mala suerte,
doblego la rodilla
mirando a las vacantes
y cabalgo escuchando
a los rojos efluvios
que me entran por la boca
en un ataúd de llanto.



Un mal amor



       A veces no es consiente de lo que le rodea, intenta negarlo, esto no esta pasando, una sonrisa lo cura todo. Escuchó salir de mis labios un frío <<Ya no te quiero>> algo pasó, el futuro ya no es conjunto. Alejarse de mi le hará bien, el estancamiento me ahoga, él es un ángel de alas cosidas intentando remendar cada costura sin saber que lo único que le impide volar soy yo. Ya no confío en nadie, el fue el que me enseño a creer en la gente, irónico pensar que quien le devolvió su felicidad fue una persona triste. Sigo autolesionandome después de prometer nunca más, le miento y lo quiero. Estoy rota y a él no le importó sangrar conmigo. Pero se desvanecen mis días y no quiero arrastrarlo a mi infierno, a mi destrucción constante. Nos amamos mal, cuando una persona que se odia ama, ese amor esta mal. Te dejaré a medio camino, estarás mejor sin mi. Estamos muriendo uno por el otro, pero cariño sabes que admiro el suicidio y es justo lo que hago con nuestra relación.
       Puedes seguir adelante pero por favor nunca olvides nuestras miradas después del tercer orgasmo, cuando recorrí tu piel con mis frustraciones que te jodían la estabilidad, cuando nosotros no pertenecíamos a esta secta llamada sociedad, estábamos encerrados en nuestro propio mundo. Dos demonios jugando a ser Dios. Ahora vete con el sabor amargo de un no pudo ser, nos amamos mal pero el sexo fue jodidamente bien.

Y el calor de tu voz siento cerca

Extraída de Google


Viene procurando el amante
sentencias de una mar brava,
que apremian algo divino
y a su amor rendido caiga.

Y viene alegre como los vientos,
gozoso hasta sus faldas,
como las brisas ganan la arena,
sus ojos brillando de ganas.


Ya el rumor de sus labios escucha,
partir como el ave marina,
clamando la miel tan cercana
y un escalofrío que le domina.

Amor, amor, ya estoy cerca,
ya te traigo la espuma empapada,
de una ola crecida en la playa,
que a tus besos entregue calmada.

Amor, amor, ya te veo,
mis ojos por fin ya te abrazan,
llorando con nuevos deseos,
como lloran ríos las montañas.

Ya tu piel me alivia y me sana,
y el calor de tu voz siento cerca.
Ya la mar dejaré tras de mi,
para que la raíz de nuestro amor se haga siembra.

Mi ángel

Extraída de Goolge

       Anoche como cada una, durante mis sueños llegó mi Ángel, se veía triste y se notaba que sus ojos habían derramado lágrimas, me narró historias llenas de amargura que me hizo contemplar mientras dormía. Mi Ángel no tiene alas, pero si un gran corazón.
       Carece de cuerpo, tampoco tiene voz propia, pero cuando llega a mi, trae cada vez una diferente, a veces es la de mi madre, mi padre, un amigo o aquella voz suplicante que no pude o quise escuchar en la calle.
       Mi Ángel carece de cuerpo, pero cuando me visita, cada vez porta uno diferente, según su estado de ánimo, cuando es todo amor, puede parecerse a mi madre, o a otras muchas personas a quien yo amo o que me aman.
       En ocasiones es una dulce primavera de juventud, a veces, un triste invierno de anciano.
       Siempre es amable por más amargas que sean las realidades de la humanidad. Mi Ángel no miente nunca por crueles que sean los acontecimientos.
       Hoy le pregunté: ¿Por qué sufren los niños? ¿Por qué tantas víctimas inocentes?.
       Tuve una respuesta inesperada:
       Mi Ángel pasó la noche llorando a mi lado.




Las palabras me arrastran

     Las palabras me arrastran por sendas misteriosas, invitándome en cada rincón del tiempo a detener mis pasos y escribir unas letras sobre la cuartilla recelosa del recuerdo, da igual que sea un melancólico poema o un aventurero relato donde se mezclen las vivencias más extravagantes. Qué más da! El caso en sentirse vivo y poder brindar con las copas, tantas veces usadas, de los recuerdos, hay que impedir que el cristal del espejo se empañe y ya no podamos divisar el rostro risueño de la esperanza.

     Sorbo a sorbo, con esmero, hay que destilar las ilusiones diarias, porque la vida, en muchas ocasiones, es terriblemente dura y las palabras pueden asfixiarse en su propio bilis, entonces, ya nada tendrá sentido.

     Debemos ser pacientes, administrar convenientemente las emociones, disfrutar intensamente las pequeñas cosas que encontremos a lo largo del camino y, sobre todo, hay que atreverse a ultrajar los misterios de los relojes impertinentes que aguardan que nuestras huellas se borren en el fango de la soledad.

     Con el alba las ventanas se abren a un horizonte incierto, confuso, y las palabras han de guiarnos a través de los versos sueltos de la existencia humana.

El yo digital de Elías Quimey y otras historias inverosímiles

Santiago Solano Grande
     Estimados compañeros y seguidores de este blog de Escritores en Red, como ya sabréis, hace unas semanas nuestro actual presidente, Santiago Solano Grande, presentó en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, sita en la calle Leganitos 10 de Madrid, su ultima novela, "El Yo digital...", y un servidor tuvo el gran honor de presentar, junto a otros autores de enorme prestigio, nuestros conocidos Emilio Porta y Alejandro Garcia, a este extraordinario escritor. Aunque otros habrán hablado ya del libro, yo vengo a colgar en este marco el discurso que preparé para el evento, donde me refiero sobre todo a su persona. Si queréis conocerle un poco mejor, dad un paso adelante y continuad leyendo.
     “Dirás, un hombre así es imposible. Los hombres mutan de embriones en bebés, y luego en niños, y luego en adolescentes, y luego en adultos, y luego en ancianos, y luego en polvo. Y yo te diré, sí, eso es así, pero no siempre. Hay hombres ya adultos en plena pubertad, y adultos como niños, y ancianos como adolescentes. Hay quienes son jóvenes de espíritu hasta el último día de sus vidas, siempre con deseos de aprender, hombres necesitados de saber, de hacer cosas para seguir respirando; y así, hasta que todo se vuelve imposible. Y es ahí cuando mueren.
     “Dirás sí, todo esto está muy bien, pero un hombre solo agua y solo hielo es imposible. Si existiera no sería un hombre, sería otra cosa, una mutación, una bestia, algo fuera de lo normal. Yo te diré. Ves, ahí está precisamente la soledad de este hombre: nadie, ni tú mismo, le quiere, ni tú mismo puedes creer lo que le ocurre. De ahí el frío atenazando su corazón, su corazón de hielo y agua. Y no obstante, si te acercas un poquito a él, ese corazón late. Escucha. Late. Y te diré más, sangra. Eso sí, las gotas de su corazón son solo de agua.”
     Quisiera que sirva este pasaje, extraído del libro de Santiago Solano, “El autobús 538”, para sostener mi opinión de que no estamos ante un autor cualquiera. Llevo varios años siguiendo sus creaciones y tengo que decir que todas ellas, sean del estilo y la temática que sean, reúnen unas características comunes: máximo cuidado en la composición y lenguaje predominantemente poético incluso en su prosa, imaginación desbordante, gusto por el misterio, por la ciencia ficción, por la mitología, descripciones pormenorizadas y detallistas que rebosan delicadeza y sensibilidad, ritmo sosegado, preocupación por el paso del tiempo, profundización conceptual filosófica…
     Que me disculpe mi amigo Santiago si lo que voy a decir ahora le disgusta, a pesar de que no es la primera vez que me lo oye, y si alguien interpreta algo negativo es que no me habrá entendido bien.
     Conozco, dentro de mi entorno próximo, unos cuantos escritores de mucho oficio, la lectura de cuyos textos, con regularidad notables, me causan siempre un placentero deleite. Luego hay otros autores, no demasiados, magistrales, y sus escritos, invariablemente sobresalientes, me producen un extraordinario gozo.
     Pues bien, para mí, este genial escritor, que tenemos el gusto de presentar hoy, no es nada regular. Sí, redacta francamente muy bien cuando se esfuerza en alcanzar la perfección, pero… cuando se olvida de este noble afán, durante algunas fases creativas de sus obras, es entonces cuando escribe como un auténtico maestro, sin parangón, porque entonces las palabras parecen bajar desde lo más elevado de su espíritu sin pasar por el tamiz de la intelectualidad, plasmándose las ideas de forma diáfana, transparente, poderosa... Y en esas ocasiones nos toparemos con páginas de sublime factura. Y pongo la mano en el corazón que esto no lo digo por decir, Santiago, es un autor fuera de serie, al que convendría más restar que adicionar nociones estilísticas que en ocasiones le lastran impidiéndole alcanzar la genialidad que le es innata, demostrada en esos picos de excelencia que nadie puede superar. Disculpadme el que piense que yerro en mis apreciaciones, todo lo expuesto es según mi modesta opinión.
     Y si esto digo del artista, del creador literario, qué contar de la persona. Le conozco, en su faceta laboral, desde hace ya unos cuantos años. Hemos sido medio compañeros de trabajo, y puedo asegurar, sin duda alguna, que, en lo profesional resultaba un trabajador intachable, lo certifico.
     Muchos de los aquí presentes, saben de su hacer como miembro señalado de la Asociación de Escritores en Red, Marqués de Bradomín, más conocida por EnR, entidad, que él mismo fundó junto con otros pocos, ostentando ahora mismo el cargo de Presidente de la misma. Una corporación de autores en lento pero continuo crecimiento, que se sostiene en gran medida gracias a su dedicación constante, y que en ocasiones ha sacado adelante personalmente mediante esfuerzos titánicos. Por supuesto no está solo en este empeño, sería injusto no reconocer a otros socios que han resultado indispensables en su devenir, como mis acompañantes aquí presentes.
     Pero volviendo al protagonista del acto, referir de él, que no es únicamente un hombre dotado de talento, sino una especie de héroe homérico, un guerrero poseedor de energías colosales. No creáis que estoy adulándole falsamente, por ser para mí un gran amigo, sino que tengo argumentos para ello.
     Como muestra, un botón; hace poco, como sabréis, EnR realizó un acto en Urueña, Villa del Libro, para presentar nuestra antología 2014 en papel; pues bien, Santiago, estando casi recién intervenido quirúrgicamente por un asunto serio, fue capaz de convertirse en chofer de una de las furgonetas contratadas, y conducirla por casi quinientos kilómetros, ente ida y vuelta, en lo que resultó una jornada, atractiva, sí, pero al mismo tiempo maratoniana y estresante, lo digo por experiencia propia, y nuestro Presidente ya no es precisamente un niño aunque le quede un inmenso futuro por delante.
     Hace años, al objeto de otra presentación, le hice una pequeña entrevista que me pareció necesaria para conocerlo un poco mejor, y la verdad es que sus confesiones me dejaron sorprendido, tanto, que le aconseje que algún día publicase sus memorias. Sin que sea mi propósito desvelar demasiado, la vida de este hombre, al menos en lo que corresponde a sus etapas infantil y juvenil, es digna de compararse a la de los protagonistas de las novelas de Dickens: Durísima infancia inmersa en un desamparo impuesto por las circunstancias y jalonada por épicas luchas contra otros niños; y, en la mocedad, sacrificios extremos para poder costearse los estudios universitarios, desde trabajos como descargador de muelle, hasta el uso de un carné de indigente para poder llevarse algo a la boca. En fin, una vida casi de leyenda, poblada de no pocas epopeyas e infinitas anécdotas.
    Puede que sea por esto, sumado a su ingenio natural, que cuanto nos relata Santiago, sea en prosa, sea en verso, nos produce en el ánimo un impacto emocional imborrable.
    No he tenido ocasión de leer el libro que se presenta, pero estoy seguro de que su factura será excelente, la firma de su autor lo garantiza, y a nadie dejará indiferente.
     Gracias a todos por vuestra atención y a Santiago desearle todo el éxito del mundo.


Corona en rosa


A veces, en mi jardín, ocurren cosas como ésta.



Una viajera en el tiempo



       La vida transcurría plácidamente. Su casita frente al mar y no muy lejos, estaba su lugar preferido, un vergel. Había árboles frutales y otros muy verdes y altos; yo diría que salvajes!! Sus ramas daban la sensación de ser brazos gigantes que querían alcanzar el cielo.
          Cada día, recibía la visita de una grácil y simpática amiga que venía a hacerle compañía, a la vez que le traia hermosas y alucinantes historias, y le refería  todo lo que había hecho durante el dìa. Reían y parloteaban toda la noche, incansablemente, como si no existiese el tiempo, como si Morfeo, no estuviese al tanto de ello.
       Al amanecer, al alba, y cuando los rayos de la aurora tinteaban su piel, sucedía algo extraordinario: su amiga se transformaba nuevamente en una mariposa blanca. Sus alas, con destellos de oro y plata relucían de tal forma al alba, que el sol, eclipsado por su belleza, le daba paso para que alzase el vuelo; y esta ceremonia tenía lugar nunca antes de regalarse las dos una sonrisa, y de citarse con la mirada para la siguiente tarde.
       Y siempre, antes de marchar, ella dejaba un regalo en mi piel: un delicado perfume de violetas, y en la boca…un exquisito sabor a miel!





Capítulo 1 - O Conflito




       Foi o que aconteceu com Alves. Viu-se numa situação em que poderia refugiar-se na segurança do modelo recebido em casa ou iniciar sua reformulação, supondo que culminaria, no futuro, em algo novo e desta vez, criado por ele mesmo. Mal sabia ele que ao enveredar por esta segunda opção encontraria uma estrada que não lhe ofereceria segurança enquanto por ela trilhasse, deixando-o a todo instante tendo que fazer uma escolha. Ele tinha consciência da exigência imposta ao indivíduo para conviver em sociedade sentindo-se em segurança. Teria que aceitar muitos valores já estabelecidos e, ao mesmo tempo, não queria abrir mão de alguns que ele considerava inegociáveis. Sabia da existência de uma autoridade social anônima e sabia, também, que é somente submetendo-se a ela que a pessoa consegue viver sentindo uma relativa segurança. Abrir mão de certas coisas era para ele um problema; algumas ele não queria e nem iria abrir mão. Ele sabia disso e aí residia parte de sua dificuldade e a maneira como iria resolver isso definiria sua personalidade.
       Segundo ele pensava, o contexto social pode ou não ser aceito de um modo inconteste pelo indivíduo. No primeiro caso, encontrará segurança imediata, pois cada atitude sua reforçará a seguinte, contribuindo para que ela continue sendo aceita pelo grupo e levando-a a uma vida em harmonia com os demais. Por outro lado, caso não aceite, ela pode permanecer no modelo já adquirido na família; modelo este que tem características restritas e finitas e que, certamente, não poderá alimentá-lo pelo resto de sua vida e ainda, se mantido, poderia trazer consequências funestas. 
       Pode-se levantar a possibilidade de uma terceira opção e que aparenta ser a mais adequada: uma aceitação parcial. Neste caso – pensava Alves -, ele ficaria dividido entre o contexto familiar e aquele que era aceito socialmente. Embora parecesse boa, esta opção não se lhe ocorrera de uma maneira clara. Pareceu-lhe que neste caminho, na verdade estaria era deixando para depois, para o futuro, a solução de alguns problemas quanto à adoção ou não de certos comportamentos e que eram justamente os que entravam em choque com o contexto familiar original. Neste caso, alguns poderiam persistir por toda a sua vida sendo ou não solucionados. Não havia nenhuma garantia, apesar dele não poder negar que esta escolha lhe agradava de imediato, mas, por outro lado, ela também lhe causava certa confusão que ele não sabia definir. Estava tudo muito misturado em sua mente e ele percebia a contradição grave que seria aceitar viver, ao mesmo tempo, segundo os dois contextos. 
      Alves encontrava-se diante de três situações inconciliáveis e tendo que escolher uma delas. Uma era seguir o modelo familiar que recebera durante sua infância, a outra era seguir o modelo social que não desautorizava completamente o primeiro, mas impunha-lhe algumas restrições e ajustamentos e por último àquela que o obrigaria a viver entre os dois, numa constante luta, obrigando-o a conciliá-los a todo instante e que lhe parecia ser incapaz de manter durante todo o tempo, pois, teria que viver num alerta constante que o acabaria levando-o à exaustão, tanto física quanto mental. Para esta última situação e para seu inferno, a mente de Alves fora escolhida pela vida madrasta para ser o palco desta peça. Esta era crise pela qual estava passando. Buscava fazer a conciliação destes dois modos de ser que lutam entre si pela supremacia; luta da qual ele, e somente ele, dificilmente sairia ileso. Torna-se um conflito porque a pessoa dentro da qual ela se dá, não consegue ser fiel a nenhum dos dois. Ele participa desta luta apenas com a sua percepção, como mero expectador. Alves não escolheu, fora escolhido e não se sabe por que e nem por quem. Este o seu inferno. Tais acontecimentos invisíveis eram os primeiros passos na construção de sua identidade e que fariam dele um ser diferente dos demais.
       De uma maneira que não encontramos palavras para explicar, só podemos dizer que aquele jovem não teve sozinho a responsabilidade pelo tipo de personalidade que desenvolveu. No princípio ele sempre procurou evitar o contato com as outras pessoas. Com relação a seus vizinhos, por exemplo, ele acreditava não ter nenhum assunto de real interesse sobre o qual pudessem conversar e até mesmo o bom-dia com que os saudava ao passar por eles, achava perfeitamente dispensável, para não dizer ridículo, pois, o bom que eles estavam se referindo, poderia não ser bom para ele e nem o que ele retribuía poderia o ser para eles; um aceno com a cabeça ou com a mão seria mais adequado e honesto já que o costume o obrigava a cumprimentá-los. Assim, nesta época de sua vida, seu círculo de amizades estava restrito a uma ou duas pessoas, se tanto.



Continua...