Transparencia ideal


Más me valdría haber nacido sombra
para no andar chocándome con todo.
No tendría mi cuerpo cardenales inmensos
si pudiera moverse sin bolardos ni esquinas.


Ser un fantasma silencioso es bueno
si tu cuello está libre de adornos y cadenas
para bailar al son de la música propia
mientras otros se mueven con el ritmo de siempre.


Pasear despacito sin que nadie te espere.
Sorteando las colas para subir al tren.
Sin maquillar sonrisas ni repetir historias.
No hay nada más divino que no ser.

  

La Anomalía

Extraída de Google


       Elías Quimey otea la planicie desde el puesto de observación del castillo más próximo a lo que las otras Inteligencias Artificiales han llamado La Anomalía. Onésimo, a su lado, tiene los ojos del niño poeta cerrados.
       Elías, aunque no lo ve, lo sabe - su control sobre él es absoluto -, y sonríe por ello; porque estos ojos que no ven son la oscuridad necesaria para oír mejor la neurocháchara que se levanta desde los residuales humanos que perviven en las hondas psíquicas, más allá de los escombros mentales, y que ahora toman cuerpo en una entidad no carente de consciencia.

Ceguera

Extraído de Google
       Un día antes de que el sol se quede arriba, muy arriba, sobre y más allá de las nubes grises, mi rodilla derecha se hace la mártir. Nunca me han gustado las personas que se duelen de todo lo que es cosa de rutina o de naturaleza. Así que cuando mi rodilla operada me anuncia que la primavera va a bajar la cuesta del termómetro le digo: bien, ¿y qué?

       Pero ella no me entiende y sigue a lo suyo, despachándome este dolor que hace que cojee ostensiblemente, y que me muestra a los demás así, como lo que no soy.

¿Quién lo dice?

Extraída de google
¿Quién dice que un instante no es suficiente para abarcar una eternidad? 
¿Quien proclama, satisfecho, que en un destello de tus labios no se puede ver la inmensidad del mar? ¿La tormenta perfecta en un único punto de zozobra?
¿Quién piensa que no hay que ser sincero pese al riesgo de añorarte, despuès, para siempre?
¿Quien esconde, celoso, las llaves que me abren los ojos y te dibujan a cara o cruz en cada pastel que horneo para ti?
¿Quien esparce la desdicha justo cuando estamos a punto? ¿Por qué el tiempo es tan impreciso que un mes es un segundo y un año pasa de largo? ¿Por qué? Pregunto. Y aun no sé las respuestas.

Pero dime:

¿Quién yace en su lecho viéndonos despeñarnos por los surcos de la tristeza de la nada absoluta? Caer sin vértigo al fondo del limbo y no volver más?
¿Quien descansa sin prisa mientras corremos a contraluz, cegados, cogidos de las manos del sol poniente? 
¿Quién mece todas las dudas durmiendo en un sueño profundo mientras mastica, hambriento, nuestra obsesión por la luz?
¿Quien promueve alborotos y no se conmueve del naufragio cuando tomamos las angustias de la incertidumbre, cuando arrancamos las espinas del desencanto más profundo?
¿Quien sonríe meciendo el balancín de la miseria que nos acompaña? ¿Por qué el espacio que nos guarece es tan ancho que no se rozan nuestras pieles? Pregunto. Y no sé averiguar las respuestas.


Pero dime:


¿Por qué la historia siempre es la misma y siempre se acaba? ¿Por qué repetimos los errores y no osamos nunca vivirlos? 
Quien dice, amor, que unos ríen o lloran según un viento que nunca sopla, el tiempo que se nos agrieta, el espacio que se nos contrae o la energía que se nos transforma en deseo dejándonos fuera de todo?


Dime, hoy, que todavía no llueve:






Quién lo dice?

Acto

Presentación Antología 2014 
en Urueña.



       Hola amigos…

       Desde aquí quiero extender mi felicitación a tres miembros de nuestra Junta Directiva, por haber hecho posible que el dia de hoy, 25.04.15, haya sido espléndido e inolvidable; y me refiero a nuestro Presidente y Director de Red, Sr. Santiago Solano, nuestro Director de Publicaciones Sr.Emilio Porta, y al Sr. Antonio Castillo-Olivares Reixa, a cargo de Actividades Culturales.
       Como ya sabéis, el evento ha tenido lugar en la Villa del Libro, y el éxito alcanzado no hubiese sido posible sin el trabajo, esfuerzo y dedicación por parte de los miembros antes citados, y considero que es justo, que tan encomiable desempeño, se dé a conocer a todos los socios, y no socios.
       Asimismo, quiero dar gracias a los amigos, poetas, y socios de EnR que me han acompañado en el día de hoy; día en el cual hemos confraternizado, nos hemos conocido personalmente, y nos hemos sentido aún más cercanos el uno del otro. La actividad estuvo marcada por la jovialidad, la alegría y el cariño entre todos nosotros.
       Los que no habéis podido asistir esta vez, espero tomen nota de lo antes expuesto, y se animen para el próximo año con la nueva antología 2015.
       ¡Hoy…os hemos echado de menos!

 Somos Escritores En Red

¡Somos la palabra… y el verso en la red!


La décima tiene Hado



Vuela y en el verso riela,
voy haciéndola amalgama
provocando algo de flama
para dejar una estela.
El maestro con su escuela
el genio de Ítaca saca
sonando como una traca.
Ella va echando coraje
lanzándose al abordaje
e ingeniosa el verso abraca.


Rimando un buen costurero
al verso le insufla el ser
cuando él consigue coser
las décimas con esmero
como así demanda el clero.
Alto y claro lo dijiste
y escrito así lo pusiste;
esto requiere paciencia
humor y también sapiencia,
es así que lo asumiste.

Aquí tú tienes licencia
esto es un trato sagrado,
el verso así tiene su hado.
Ovidio tiene paciencia
y nos trata con clemencia,
Bea, nos tiende sus manos
y como orfebres hermanos
la rima coqueta hilamos,
cuando con Ítaca vamos
echando y sembrando granos.




La herida del tiempo

Uno de los poemas de EL ÁGUILA DE FUEGO CON LAS ALAS DEL TIEMPO que tuve el gusto de leer en la III edición del maratón "La poesía nos une" celebrado durante el Día del Libro en el salón de actos de la Delegación Territorial de la ONCE en Madrid, sita en la calle Prim, núm 3.



Sentado ante el crepúsculo

sobre el plano convexo de una roca,

acantilado inmenso,

ajeno a lo minúsculo

de todo movimiento,

contemplas cómo el mar ebrio de luz

se alarga hasta fundirse

en el azul del cielo.



Quizás no estás pensando lo que sientes

o es quizás sentimiento lo que piensas…

No sé, pero aunque tú sigas absorto 

del mar y el cielo eternos 

contemplando lo eterno de su azul,

poco a poco la vida se irá yendo

con el pulso del tiempo

en el crepúsculo de un día de otoño.



Mientras, sigues ajeno

a lo que está ocurriendo 

intentando entender este misterio…

Y no hay nada ni nadie

que pueda rescatarte

de la herida del tiempo,

de la unión bipolar

del cambio en lo inmutable,

de este infinito oxímoron

que te va consumiendo.





Antonio Capilla, EL ÁGUILA DE FUEGO CON LAS ALAS DEL TIEMPO, Huerga y Fierro Editores, Madrid,2013

¿Y si fuese verdad?

Y si fuera verdad que las nubes de arena llevan en cada granito una esperanza que alguien guardó y que cuando uno de ellos se nos mete en los ojos se cumple el deseo que lleva dentro?

Y si lo fuera que la tormenta los esparciese aquí y allá y a cada uno de nosotros entregase los sueños de otro y que cuando encontráramos quien tiene nuestro sueño, si coincide que tenemos el suyo, el amor recogiese ambos anhelos para cumplir sus deseos?

Y si de cada granito saliera un destello de color de frambuesa y nos enganchara en un desenfreno que no acabara sin el verde de tus ojos, sin el rojo de tu carne acogiéndome?

Si cada deseo llenara con tu nombre una hoja en blanco .. Si cada gota de tinta destilase la esencia de tus labios dibujándome, persiguiendome pliego a pliego, curva a curva, hasta cogerme las manos y llevarlas hasta la cueva más escondida, más querida, más deseada. Mi cueva, mi secreto por averiguar, por descubrir, para adentrarme despacio en tu interior entre susurros, mirándote los ojos, y soñar. 

Soñar que sueñas mi sueño. 

Y hechos los dos uno solo, espigar nuestros granitos de arena y abrirlos como delicados huevos de tortuga, golpeando levemente con las uñas; encontrar sendos papeles plegados en dieciséis dobleces cada uno e ir desplegándolos poco a poco, yo el tuyo, tu el mío y leer las letras una a una y que tu nombre en mis pupilas no fuera más que el reflejo del mio en tus ojos. Y los lanzáramos al aire y al caer se soldasen cara a cara y quedaran para siempre juntos en la inmensidad del desierto, tu nombre y el mío, capicúas en un eterno sesenta y nueve de tinta china.

Y si fuera verdad, amor, que cuando llega la calma deseamos siempre que la tormenta nos vuelva a enloquecer, nos vuelva a poner los ojos en blanco esperando, de nuevo, la tormenta de arena ...?

31 años



Cómo decirte, amor, que, con el tiempo,
se disuelve tu rostro entre la niebla
y, sin embargo, el hueco que dejaste
sigue estando vacío.

Es difícil pensarte, con tu imagen
cada vez más borrosa,
esa mezcla entre el niño que fuiste
y el hombre que imagino y no conozco.

Seguramente ahora, si estuvieras aquí,
tendrías que marcharte como tantos
a buscarte esa vida que el destino
te arrebató a deshora.

Quizá celebraríamos tu nuevo cumpleaños
unido a tu probable despedida
hacia mundos más prósperos
que acogen la ilusión de muchos jóvenes.

No sé, mi amor, trato de imaginar cómo serías,
qué sorpresas tendrías preparadas,
qué secretos dolores, qué entusiasmos,
qué amor impulsaría tu andadura.

Y yo me quedaría, como siempre
mirándote marchar, esperando tu vuelta
para, al menos,
celebrar este nuevo cumpleaños.

Quince minutos después

Extraído de Google


       El sol vuelve a oscurecer las grandes estrellas del celuloide de las letras, tras una noche de lluvias y un día de ayer de dolor perineal y viaje. La nonagenaria se sentó de copiloto. Hizo todo el trayecto despierta, no como los de los asientos de atrás que dormitaron. La sala en la que se presentó el libro se llenó, aunque quince minutos después de la hora prevista.
       Nosotros estábamos como el editor, hastiados de tanta palabrería excesiva de poemario y de poeta; máxime cuando los versos no nos llegaban al corazón, se quedaban en el papel, encerrados en sus palabras.

La ninfa y el sátiro (carpe diem)

1. La ninfa.

Que Neptuno saliendo
de las aguas del mar
me desmienta si miento
cuando no sea verdad.
Fue en un día otoñal
o tal vez en invierno.
Escuchad si ello os place
lo que os voy a contar:
Dibujaba espirales
en sus pechos turgentes
deslizando las manos
hacia el húmedo abdomen…
y metiendo los dedos
en el seno de sus fúlgidos muslos
una ninfa inocente
exhalaba suspiros.
Extendida en la arena
de una playa de ensueño
emulando a Narciso
su hermosura se mira
y acaricia sus pechos
y se adentra en su seno
y musita y suspira
y levita su cuerpo.
¡Ay, qué linda la niña!,
el orgasmo conoce
pletórico y profundo
en éxtasis sumida.
Y extenuada del gozo
como el sol al ocaso
arrullado por los sones del piélago
se abandona a Morfeo.


2. Y el sátiro.


Oculto en el roquedo
contemplando el desnudo de la ninfa
que a su falo con su belleza excita
libidinoso y lúbrico
su verga sacudía
el sátiro cabrón.
Enérgicos titanes
jinetes de las olas,
como los sementales
que cubren a sus hembras,
con ansias desmedidas
copulan con las rocas.
Y al ver a nuestro sátiro
celosos de la ninfa
con bríos renovados
de las aguas heladas
por el sátiro vienen
y a vaivenes lo toman
y a vaivenes lo calzan
aplicándose a fondo
con el sátiro en pompas.
Jodido entre las rocas
frustrado y empapado
las manos desatentas
la verga cuasi helada
ya no tiene más ganas
de espiar a la ninfa
de tocarse el badajo.
Y el ridículo sátiro
farfullando improperios
con el falo colgando,
¡no os diré qué decía!,
de su vano escondrijo
salía y escapaba...



¡IMAGINA QUÉ ESTAMPA!



Antonio Capilla, EL ÁGUILA DE FUEGO CON LAS ALAS DEL TIEMPO, Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2013

Galeradas

Extraída de Google

       Estoy desentrenado, o agotado, desde luego cansado, con los ojos secos y la mente obstruida, en ese punto en el que todo parece estar mal, o al menos muy lejos de lo que uno quiere: la perfección literaria si es que existe. 
       No es lo mismo leer cien páginas por divertimento que leerlas bolígrafo en mano, ojo avizor, e ir acercando el texto a la exactitud de lo que uno quiere decir, añadiendo además la mejor y más fácil de las lecturas posibles. 
       Que el futuro lector está siempre en el horizonte, en actitud vigilante, como un soldado en una garita.

Hoy cenaré completamente solo

Extraída de Google




A Sol de Diego, poeta y amiga entrañable.





Hoy cenaré completamente solo.
Antes debo limpiar
las pelusas del amor
que quedaron debajo de la cama,
las lágrimas vertidas en la puerta,
los sollozos que manchan el parqué,
las migajas del alma diseminadas por la alfombra.
Haré con todo ello un gran paquete
para guardarlo en el baúl
de olvidos con el nombre de recuerdos.

¿Dónde está el desorden de Cristina,
el vuelo de sus manos,
los potingues del baño,
y la risa escalando las paredes?

El hombre del espejo ha envejecido
y parece decirme con tristeza:
- Puedes sacar las zapatillas,
tirar el tinte del cabello
y poner en la cama un par de mantas,
que ya finalizó
tu última aventura.

Hoy cenaré completamente solo
aunque ponga en la mesa otro cubierto,
dos velas encendidas
y una rosa marchita adornando su vaso.



de Alucinación
Sial/Fugger Poesía, 2004

Árbol vivo

Verde oscuro renace
entre forcejeos de viento
entre la noche perdida.



Deja que le caiga
el alma sobre las ramas,
se pinta de certeza los brotes,
y sorbe tragos de firmeza
poco a poco desde su raíz.
Hace que sus brazos
crezcan tersos y altivos,
sus anillos son su traje
que ha ido cosiendo
con hebras de luna llena,
con un segundo de cien minutos
con poder para tocar las nubes.

Verde oscuro es el hueco
de las ideas olvidadas
donde las hojas muertas
buscan cobijo de piel,
de tacto fuerte y sereno
donde poder descansar.




Día completo

Extraída de Google
       Empezó a llover nada más amainar el viento. Desde la ventana se veía el verde de la cosecha más allá de las últimas casas del pueblo bebiendo plácidamente. 
       Mientras el empleado de la gestoría nos explicaba los detalles legales de la firma ante notario que íbamos a realizar, las calles se encharcaron con un dedo de agua, lo suficiente para que nos mojamos los zapatos y los bajos del pantalón, como antes, cuando en abril se cumplían los refranes.
       Toda la mañana fue de aguas mil. También por la tarde, mientras cerrábamos el trato para la compra de un nuevo automóvil.

El pajarillo que creyó ser una mariposa.

Soy un ruiseñor dorado
y mi pasión... una flor,­
ahora estoy enamorado
¡y voy a cantar al amor!

               ***
Hoy he visto a una florista
y me resbaló el corazón,
¡había cientos de flores!
 “coqueteando” con el sol..
                        
           


Qué talle, qué fragancia...
me enloqueció su candor
y embrujado por la brisa…
me fui a “libar” una flor.

                                    
                        
                     
Oh!... pero que hago?

No soy una mariposa…
¡Yo soy un ruiseñor!
al que el olor de las flores.
le hizo perder la razón!     
                   
Y es que yo amo la vida,
amo la luz, el color;
y ya que estoy en mi árbol,
voy a hablarte del amor...

                         

Se nos casa el sol mañana...
y le he escrito una canción
que conste no es una nana,
¡poned toda la atención!
                       

         
Ahora la vais a escuchar,
en lo que afino la voz...
                        
Y cuentan que en las mañanas...
siempre al despuntar el sol
despierta y sale volando
el dorado ruiseñor.
           
Cantando va con su lira     
                                  
                            
entonando esta canción,
yo canto con mi guitarra,
canto al aire y al amor…   

larála-laraíla-lára,
laralái-laralalái...            
larála-laráila-lá-ra 
laralái-larala-lái.       

       

                                             









                             

                    


Crecer en el combate


Y seguimos clamando contra la apestosa corrupción mientras siga socavando las instituciones.
Que no... que no... que no nos conformaaamos, que no...


Quizás tú pienses
que la última batalla
se pierde siempre.

Que en nuestra andanza
la contienda postrera
nunca se gana.

Pero la lucha
en la vida nos muestra
nuestra estatura.

Y así el vivir
encuentra sus razones
En esta lid.

Imaginar la misma lluvia

A menudo pienso
Que se ha acabó para siempre
La lluvia.
Que ya ninguna húmeda cueva
Guarecerá mis anhelos
Cuando me queme el sol
Sin piedad
Deshilachando mi piel
Con sus afilados
Dientes de fuego.


Imagino una pasión inesperada
Darlo todo y soplar fuerte
Sentir el mordisco de una grieta
Y no saber qué cosas
Me hacen correr



Y no saber qué hacer


Dejarlo todo por ti
Si un día me lo pides
Todo
Nunca guardarme nada
Anhelar sólo un suspiro,
Juntos,
Del mismo aire.


El mismo vidrio,
La misma lluvia,
La misma alegria
De un llanto esperanzado.
El mismo camino,
La misma imagen
De tus ojos acompañándome.


Pedacitos de sueños...


              
 
 ¿Y me pregunto
 por qué?
 ¿Y me pregunto...
 hasta cuándo?



 Delante de mi en el bus:
 ¡Me enamora tu figura!
 hombros anchos, torso erguido,
 me asalta la tentación…
 besar por toda tu espalda
 sumergida en la pasión.

Más tarde robarte un beso
y al sentir que estoy en ti
un león salvaje y fiero
venga a adueñarse de mí.

***

Con pedacitos de sueños
voy remendando mi vida
la esperanza, la ilusión
hacen que me sienta viva.

El porqué de los fracasos
el porqué del desamor
no tienen aún respuesta
aunque mire en mi interior.

Y me pregunto por qué?
y me pregunto hasta cuándo…
mi barca sin timonel,
y mi corazón…
                         ¡sangrando!



Amor fugaz

       Nuevamente se sintió dormir ... no era capaz de mantenerse plenamente consciente más allá de unos pocos minutos. Le vino a la memoria Simba, el gato que había dejado en casa. Su hija lo cuidaría...Pensó sin querer en el famoso gato del experimento, aquel que no se podía saber nunca si estaba vivo o muerto sin antes abrir la caja ... Podía estar vivo. También muerto. O ambas cosas a la vez o ninguna de ellas ... Se hacía siempre un lío cuando pensaba en ello.

............................................ 

       Ella le había hablado de aquello en una de esas tardes lluviosas en las que se tenían el uno al otro; se hacían el amor con lentísima pasión mecida por la lluvia que, afuera de los cristales de la ventana, caía mansamente, contínuamente. Llovía y se amaban; y se amaban más y más intensamente cuanto más y más salvajemente llovía. Ella le decía que el gato siempre estaría vivo mientras alguien lo creyera y contestaba él - "como nuestro amor, mientras ambos creamos en él estará vivo. Aunque fuera nadie lo vea, nadie lo sepa, .. Vivirá mientras lo vivamos, lo arrullemos, lo acunemos, lo reguemos, lo cuidemos... " "Ahahahah!" Reía ella. "No hay que creer en nuestro amor. Lo que necesitamos es vivirlo, sentirlo, amarnos siempre. No como el primer día, porque entonces no nos conocíamos, sino como hoy que todavía nos apasiona". Y yo quedaba boquiabierto, hipnotizado ... No sabía muy bien qué quería decir pero sí sentía su amor en su risa, en sus palabras llenas de ternura y de pasión .. En su mimarme y envolverme de deseo, en sus abrazos y en la manera cómo jugaba con mi cuerpo, con dulce y golosa glotonería.

       No tenía nunca suficiente y me gustaba que así fuera. Jugaba y jugaba ... Me pasaba, suaves, los dedos por la espalda, recorriendo toda mi columna con una desesperante lentitud. Luego me giraba y, con labios tiernos pero firmes al mismo tiempo, me recorría de arriba abajo ... y de abajo a arriba .. sin detenerse ... desde la frente hasta los dedos de los pies ... y volvía a subir .... pasando junto a mi sexo sin tocarlo aún. Y yo me sentía morir en cada beso, en cada caricia ... Finalmente, la glotonería se imponía y entonces, ya sí, iba directa y sin vergüenza y cogía con firmeza su dulce golosina y la engullía con ahínco y, también, con delicadeza, disfrutandola... disfrutando cada sorbo pero siempre con cuidado de no hacerla estallar antes de tiempo ... Cuando sentía que pronto yo ya no podría mas, reposaba y se tendía a mi lado y me decía, ansiosa: "Te toca ..." 

       Entonces actuaba para ella como si me diera pereza. Lentamente y pesadamente me giraba en la cama hasta quedar ojos contra ojos y se los miraba como para reflejarme en ellos y olas de locura onírica me invadían el cerebro. Le cogía un rizo rebelde de aquellos cabellos que tanto me gustaban cuando se despeinaba de dejadez. Le recorría con la otra mano las pecas que le decoraban el pecho y el vientre. Tenía, y todavía debe tenerla, una junto al pezón derecho, como si fuera un pequeño hijo ... Me gustaba mucho chuparlos, madre e hijo. Se erguían como cuernos de caracol en día de lluvia y, a veces, se endurecían tanto que daban ganas de morderlos fuerte. Yo ya le conocía hasta qué punto podía hacerlos endurecer sin hacerle daño y hasta donde podía morder ...

       Poco a poco recorría el camino que los lunares me señalaban ... estaban puestos como hecho a propósito, comoallí puestos para que no me perdiera cada vez que volvía, como las migas de pan o las piedrecitas que se dejan en los cuentos para encontrar el sendero de vuelta ...

       Cuando llegaba allí donde el bosque se espesaba daba un pequeño rodeo para dejarlo atrás y bajaba muslos abajo deteniéndome en cada centímetro de esa piel tan suave, retrocediendo un poco de vez en cuando para coger nuevo impulso y continuar descendiendo, lentamente. Los gemelos eran mullidos y se podían morder, atrapando pequeñas porciones entre los dientes. Pero lo que la volvía loca y la hacía gritar de verdad eran los dedos de los pies. Los besaba uno a uno, chupando suavemente primero, ansiosamente después ... Y chillaba hasta llorar de placer. 

       Cuando acababa con ellos me encontraba de rodillas de cara a ella y, con aquellos piececitos como de muñeca de porcelana me abrazaba el pene y me hacía un masaje apocalíptico. Con el tiempo había aprendido a manejar los pies como si fueran manos, era una auténtica maravilla ...

       Después recuperaba mi posición encima de su cuerpo y comenzaba a subir ralentizando todo lo que podía aquella ascensión. Aquello era una lucha entre querer hacer durar eternamente la llegada del éxtasis final y la concentración necesaria para conseguir que la explosión no llegara antes de tiempo ...

       Mientras tanto, ella se estremecía con cada beso, con cada trozo de piel que estiraba con mis labios camino del centro del mundo. Cuando llegaba buscaba con la nariz el botoncito que activaba el último reducto de inmenso placer que quedaba para encenderlo. Y ese olor me llevaba directamente al infierno. Aquel bosque meloso soltaba el olor, el perfume, la esencia de su alma ... Y saboreaba los néctares que tan generosamente se me ofrecían. A veces lo aderezábamos con cava o whisky pero nada como el sabor salvaje y ebrio del zumo de mujer al natural. 

       Ahora sí. Había llegado la hora. Con un entrecortado "ven", me atrae hacia ella y me besa con desesperación mientras me dice "entra!" Y su deseo es para mí la orden más esperada. Con la mía le busco la escurridiza lengua mientras entro en ella de un solo empujón. Es tan fácil cuando ya el camino es conocido y está tan bien lubricado ... Ohhh! Decimos los dos a la vez y nos empezamos a mover ajustando en cada vaivén nuestros ritmos hasta coseguir uno solo. Cada suspiro, cada gemido, cada bocanada de aire nos acerca más al cénit de la felicidad .... Finalmente, doblándose los cuerpos el uno contra el otro en un último grito, me derramo dentro de ella que me recibe el aceite de la vida con un chillido ensordecedor mientras acabo los últimos latidos que me vacían del todo.

       Aún abrazados, nos besamos. Sin aliento. Inspirando fuerte con la nariz mientras nos llenamos las bocas de los últimos restos de satisfacción ...


______________________________

       Todo esto acabó de repente. Tras meses de encuentros a escondidas, de sexo infinito, de amor sin reglas ni compromiso ... Con una sencilla nota, como en las películas románticas: "Lo siento. No puedo seguir. No podemos terminar haciéndonos Daño. Te quiero ".

       Desde entonces permanezco encamado. Teniendo a duras penas unos pocos instantes de lucidez. Duermo y duermo tanto que ni siquiera soy capaz de saber cuando estoy despierto. Y cuando esto sucede sólo me acuerdo del gato y pienso que, finalmente, estaba muerto!


Tarde de viento

Extraída de Google
       El viento sopla feroz este martes siete de abril. Abajo, en la sala de la televisión están los nonagenarios, sentados en los mullidos sofás blancos. Dos de ellos, matrimonio con más de cincuenta años de convivencia a cuestas, en el de tres plazas, de espaldas a la ventana que mira al sur. Ambos leen: él el periódico del sábado, ella una revista con fotos de ropa femenina. La otra mujer ojea una revista con la programación televisiva, en el sofá monoplaza, la ventana abierta al este a su derecha.
       "¡Qué viento!", dice él. Pero nadie responde, cada cual en su silencio.

Nostalgia





Volátil en el difumino azul del aire
las manos se hacen caricia imaginada
en ese espeso humo de la memoria,
donde el soplo de tu mirada fue un vendaval.
El susurro se desboca en el latir del tiempo,
caída fugaz en el frío rescoldo del ayer.


Lo real fue vivir en relato corto.
Las páginas se han desplegado
tras el blindaje que impone el olvido.
Hoy transitan a paso lento
en zapatillas de andar soledades,
antídoto a las noches en zapato de charol.



Aún sigo ensartando colores,
aquéllos de cálidos tonos
y por cada cuenta los brazos se abren,
el ritual de la espera…
que ahora
es ya un gesto sin nombre.





Redención

Extraída de Google
Pincha en la imagen
para comprar
       Uno puede distanciarse de su pasado próximo, o de los días oscuros de una existencia que lo aniquila, de muchas maneras. Marchándose en un viejo Opel Corsa hacia ninguna parte, por ejemplo, para llegar a una noche de oscuridad poco halagüeña. Uno puede dejarse arrastrar a una gruta que es una biblioteca con todo lo necesario y más para que uno escriba, para que uno levante la imaginación hasta las ramas del espacio que vincula, que escribiera Simmons, otros dijeron inspiración, y escriba, escriba, y escriba.
       Esto es la redención mediante la escritura de la Shere-Zade que cada cual lleva dentro.




A mi amigo, el escritor Pedro P. de Andrés...
del que os dejo el‪ Booktrailer de su último libro,
aquí debajo:




Saltad mi turno de lectura

Extraída de Google

¡Poetas contertulios, mis amigos dilectos!
Habéis tenido suerte esta velada.
Pensé leeros un poema
que esribí con dolor apenas unas horas,
me mepeñé en revolver los posos del pasado.

Ya viniendo hacia aquí,
la Duda comenzó
a verter sus temores en mi oído:

- No seas pretencioso
a nadie le interesan tus lamentos.
Hay poemas que nacen hermitaños
que deben ser leídos en voz baja
y allá en el horizonte la tristeza.

Si tuvierais presente
que las vivencias personales
sólo tienen valor porque son nuestras,
nos habríamos ahorrado inútiles lecturas.

¡Pobre poema!
Lo he roto en trozos pequeñitos
que esparcí por el suelo.
Ni siquiera ha gozado
la cálida caricia de la voz.
No ha podido volar
hasta la amada ausente
y el beso que atesora no llegará a su boca.

Saltad mi turno de lectura.
Os lo dije al principio:
No tendréis que escucharme
por suerte esta velada.


Colección de Poesía
Claves Líricas Digital
EnR 2011

Un traje nuevo

       Siempre me he preguntado qué piensan los soldados al morir. Me parece apropiado aquí tirado sobre esta monumental montaña de escombros en un planeta perdido, con las constantes vitales debilitadas y perdido el contacto con mi Unidad. No me llegan sonidos de combate en las proximidades, tan solo ocasionales detonaciones lejanas. Sin embargo, sé que volverán. La Plaga no hace prisioneros, ni deja moribundos atrás. Soy consciente de que me han aparcado, concentrados sus esfuerzos en dar caza a los restos de la Tercera Compañía, sabiéndome más allá de cualquier posibilidad de rescate. Un pitido del infierno me taladra el cerebro. La radio ha vuelto a la vida, aunque sea temporalmente.
       — Oficial Rogers. Le escuchamos con mucha interferencia. No conseguimos determinar su posición. Los sistemas de su equipo de combate están desactivados al 90 por cien. Cambio.
       — Aquí Rogers. Extracción no procedente. La Compañía Easy ha sido barrida. Repito. La Compañía Easy ha sido barrida. El Sector Delta en manos del enemigo. Cambio.
       — Recibido Oficial. Lo lamento —Ruido de estática.
       Al diablo. Prefiero morir solo que rodeado de cháchara burocrática. Por el rabillo del ojo observo el indicador de oxígeno. Estoy en las últimas. No serán las heridas las que acaben conmigo. Si mis sensores hubieran funcionado tal vez habría podido intuir la emboscada. El maldito trasto me fue a traicionar en el peor momento. Recibo otra comunicación. Dudo si pulsar el interruptor, pero finalmente me resigno. Grata sorpresa.
       — Pete, colega. Estos bastardos no me autorizan una bajada —El Oficial Watts y yo crecimos juntos, y nos graduamos en la misma promoción de la Academia. Es lo más cercano a un hermano que he tenido jamás.
       — Yo he dado esa orden. No hay nada que hacer —Mi voz tiene una serenidad que yo no siento. Intento que no me oiga jadear en busca de aire.
        — Pero colega. No dejamos a nadie atrás. Tú lo sabes mejor que nadie —Hace una pausa—. La leche, Pete. El sargento Woo ya había desechado tu viejo equipo de combate. Esa armadura tenía más agujeros que el casco de laNew Hampshire. La nueva estaba en tu compartimento del Nivel 2. Menuda mierda.
       — Olvídalo. Bajar aquí solo servirá para perder más efectivos. Este lugar es pura bazofia. Nos metimos de lleno en la trampa.
       —… Ok Pete — vacila unos instantes —. Oye tío, has de saber que han detenido a Sarah.
       — ¿Cómo dices? —La noticia me golpea como una patada genital.
       — Colaboracionismo. Parece que es una agente Vega —Sé que está encogido como si pudiera verlo. Siempre lo hace cuando da malas noticias.
       — Estuve con ella anoche, antes de salir para la Base… ¡Joder! Ahora lo entiendo —Me duele más que la herida—. Me echó las cartas, como siempre ¿Sabes? Dijo: «No aceptes un traje nuevo. Vuelve a mí».
       — La muy zorra te metió en el avispero, lo siento tío.
       Más lo siento yo, que ya no puedo responder. No me queda aire. Ahora sé lo que le pasa por la cabeza a un soldado cuando se muere, despatarrado en cualquier campo de batalla. En sus más diversas versiones, piensa: «Qué putada…».



Un cuento africano


Había desiertos con nubes,
animales salvajes y hermosos,
espíritus de actores americanos de leyenda,
tiendas de campaña con lavabo
y guerreros valientes trabajando de guardias.


Había mujeres hermosas como el azabache,
hombres con sandalias hechas de botellas de plástico,
antiguos dioses con piernas de alambre,
nuevos amos cargando las espaldas de la gente
y muchos niños hurgando la basura.


Todo esto había en un cuento africano
de princesas de piel brillante,
de héroes orgullosamente ataviados,
de cambiantes fronteras con muchas guerras
y muchos reyezuelos escondiendo oro y diamantes.




... de "Las piernas de la libélula", 
Colección "Li-Poesía", 2007

Tengo pena por ti

    
Una envejecida mirada
buscando de ella la sombra
bajo la lluvia en tus ojos desatada.


Tengo pena por ti,
por esa lágrima que muere al correr por tu cara
mojándote el rostro esta triste mañana.
Ya no dice ni repite: te esperaba.
Hoy esta pena pesa y de delirio,
                                                     te mata.


Mírate, pareces embadurnado de tristeza
con esas margaritas entre tus dedos
trillándolas como quien trilla la pena.
Míralas,
si parecen soles con alegres faldas
y tú te empeñas en hacerlas llorar.


Has caído en su último aliento arrancado por el beso
con la voz amurallada dentro de tu boca
hablándote de muerte en su ritmo marcial.
Ahora, seca el llanto y pronuncia la muerte,
porque nada será como antes
en esa inquieta penumbra donde hoy doblan las campanas.
Tú, ya perdiste de la vida sus agallas.

Despues de la lluvia

Sobrevino el silencio después de la lluvia. Como un borrón de tiza quebrada en una pared blanca. Como un estruendo repleto de despedida urgente. Como aquellas gotas que se hinchan y estallan en los adoquines, redondeados de tanto ir y venir pesado, mirando hacia arriba sin sentir nada. Ni el viento, ni la nieve ni siquiera el duro granizo de tus gritos.

Caminar siempre adelante sin paraguas, encontrar nuevos cobijos y firmes senderos. Escuchar una nueva voz besándome. Perder de golpe la vergüenza y lanzarme sin red a lo más profundo de tus brazos. Encender de nuevo el deseo y no detenernos. Descifrarte cada espacio vacío, tener la certeza de que me quieres tuyo y nos bastará, después, con mirarnos a los ojos. Porque siento que eres el tren de medianoche. Porque acaso no lleguen màs, no haya más, ninguno más, y mañana no quiero despertar helado y sin billete en una estación desierta.

Sin embargo, la confusión llena de miedo la travesía. Miedo de retroceder esquivando tus cabellos. Miedo de no saber apartar la niebla de ninguna de tus sonrisas. Miedo de que nuestros miedos se nos coman crudos y no seamos capaces. Miedo de los frenos que nos atan los pies y esposan nuestras manos.

Vivir nuestra banda sonora tras los cristales del autobús viendo caer, mansa, la lluvia que nos acuna mientras el rugido del motor nos adormece sin sentir, abrazados en el calor de un sueño compartido. 

Y sentirme tan extraño que no quiera llegarte tarde. 

Verte como un dibujo que toma forma poco a poco. De líneas que se solidifican en un papel blanco por estrenar. Y desearte a pesar de todo. Sin mañana, sin ayer, sólo ahora que las estrellas nos sonríen y nos hablan al oído, susurrándonos suavememte que no nos rindamos. Porque el futuro, aunque arisco, todavía nos pertenece.

Versos contra el desaliento

Extraída de Goolge


Versos contra el desaliento
desembocan descarnados
se vienen arriba.
Armas que pueden matar
si nos cortan las alas.
Cortafuegos artificiales,
explosionan con firmeza,
niegan y reniegan la rutina,
luchan a estrofa partida.
Reivindican, citan, recitan,
gritan, gritan, gritan...

Y en medio de tantas voces
reconozco la tuya.
Recojo mis poemas, llego a casa,
Si nos queda algo de tiempo,
nos lamemos las heridas.
Ahora, a deshoras escribo
te presiento cerca, no tardo.
Guardarme los restos de la cena,
estoy hambrienta,
no solo de recitales vive el poeta.