Ceguera

Extraído de Google
       Un día antes de que el sol se quede arriba, muy arriba, sobre y más allá de las nubes grises, mi rodilla derecha se hace la mártir. Nunca me han gustado las personas que se duelen de todo lo que es cosa de rutina o de naturaleza. Así que cuando mi rodilla operada me anuncia que la primavera va a bajar la cuesta del termómetro le digo: bien, ¿y qué?

       Pero ella no me entiende y sigue a lo suyo, despachándome este dolor que hace que cojee ostensiblemente, y que me muestra a los demás así, como lo que no soy.