Saltad mi turno de lectura

Extraída de Google

¡Poetas contertulios, mis amigos dilectos!
Habéis tenido suerte esta velada.
Pensé leeros un poema
que esribí con dolor apenas unas horas,
me mepeñé en revolver los posos del pasado.

Ya viniendo hacia aquí,
la Duda comenzó
a verter sus temores en mi oído:

- No seas pretencioso
a nadie le interesan tus lamentos.
Hay poemas que nacen hermitaños
que deben ser leídos en voz baja
y allá en el horizonte la tristeza.

Si tuvierais presente
que las vivencias personales
sólo tienen valor porque son nuestras,
nos habríamos ahorrado inútiles lecturas.

¡Pobre poema!
Lo he roto en trozos pequeñitos
que esparcí por el suelo.
Ni siquiera ha gozado
la cálida caricia de la voz.
No ha podido volar
hasta la amada ausente
y el beso que atesora no llegará a su boca.

Saltad mi turno de lectura.
Os lo dije al principio:
No tendréis que escucharme
por suerte esta velada.


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