¿Y si fuese verdad?

Y si fuera verdad que las nubes de arena llevan en cada granito una esperanza que alguien guardó y que cuando uno de ellos se nos mete en los ojos se cumple el deseo que lleva dentro?

Y si lo fuera que la tormenta los esparciese aquí y allá y a cada uno de nosotros entregase los sueños de otro y que cuando encontráramos quien tiene nuestro sueño, si coincide que tenemos el suyo, el amor recogiese ambos anhelos para cumplir sus deseos?

Y si de cada granito saliera un destello de color de frambuesa y nos enganchara en un desenfreno que no acabara sin el verde de tus ojos, sin el rojo de tu carne acogiéndome?

Si cada deseo llenara con tu nombre una hoja en blanco .. Si cada gota de tinta destilase la esencia de tus labios dibujándome, persiguiendome pliego a pliego, curva a curva, hasta cogerme las manos y llevarlas hasta la cueva más escondida, más querida, más deseada. Mi cueva, mi secreto por averiguar, por descubrir, para adentrarme despacio en tu interior entre susurros, mirándote los ojos, y soñar. 

Soñar que sueñas mi sueño. 

Y hechos los dos uno solo, espigar nuestros granitos de arena y abrirlos como delicados huevos de tortuga, golpeando levemente con las uñas; encontrar sendos papeles plegados en dieciséis dobleces cada uno e ir desplegándolos poco a poco, yo el tuyo, tu el mío y leer las letras una a una y que tu nombre en mis pupilas no fuera más que el reflejo del mio en tus ojos. Y los lanzáramos al aire y al caer se soldasen cara a cara y quedaran para siempre juntos en la inmensidad del desierto, tu nombre y el mío, capicúas en un eterno sesenta y nueve de tinta china.

Y si fuera verdad, amor, que cuando llega la calma deseamos siempre que la tormenta nos vuelva a enloquecer, nos vuelva a poner los ojos en blanco esperando, de nuevo, la tormenta de arena ...?