Reflexión






En este aciago momento
de su amarga desventura
trata de hacer un recuento...
para su pena, no hay cura.







Hablaron los sentimientos
del amor y del placer
de la lujuria, el tormento
de vivir para querer.

Y después de tanto tiempo
no sé por qué piensa en ti,
una lágrima a destiempo
le evoca que fue feliz.

Hay hombres que dejan huella
unos menos y otros más,
los menos ya los olvidas
y los más sin dilación…
te van rompiendo la vida
y quiebran…¡el corazón!