A la gloria se llega en Limonusine


Extraída de Google

Delante
del Plaza Hotel,
en la Grand Army Plaza
de Manhattan,
un conserje imponente luce
su barroco uniforme.


Yo me consideraba algo así como un dios
tras publicar mi poemario
pero el conserje, ni siquiera
se dignó dirigirme una mirada.


No creáis las mentiras que nos cuentan
sobre la libertad
para forjarnos el destino.


Todos, fijaos bien, llegamos a este mundo
a través de la puerta del hotel
y debemos pasar frente al conserje
que sólo a una pequeña minoría
proporciona la regia limousine,
e ignora a los demás.


¿Qué criterios le guían? ¿Podemos alterarlos?
Quizás alguno lo consiga
pero jamás a golpe de poemas.


Resignaos, vosotros mis sufridos poetas.
A la gloria, ¡Creedme!
sólo se llega en limousine.



... de "Itinerarios poéticos", Sial Fugger, 2006