¡Flores de Katmandú, cubrid la tierra!

En el contexto de actos en ayuda a Nepal, comparto con vosotros;as el poema que leí en el Ateneo de Madrid en solidaridad con la asociación "Creciendo en Nepal".


 ¡FLORES DE KATMANDÚ, CUBRID LA TIERRA!

Por las herzianas ondas
llega inmenso el espanto
de una mujer, de un niño,
de un hombre que eres tú
de un hombre que soy yo.

Su duelo es el alud
que sabe de zozobras
que sabe de amarguras
y que por sí me alcanza
en su extremo dolor.

¡Flores de Katmandú, cubrid el valle!
Orquídeas, jazmines, rododendros...
amortajad los cuerpos de las víctimas
hundidas en la tierra con horror.

Nepal, tu sufrimiento
es foco que ilumina
la compasión, aguja
que la brecha sutura
con la fuerza del rayo.

Con pasión he querido proclamarte
nombrándote en mil formas, compasión.
Y al nombrarte me sabes a Nepal
y tu nombre me alivia y me consuela
que humano sentimiento solidario
y alivio de Nepal es compasión.

Y no puedo ni quiero pronunciar
tu nombre quebrantado sin tristeza
que la pena por quienes han caído
sepultados en vida es compasión.

Necesario a tu llaga es el ungüento
de nuestra mano amiga y mi exigencia
por no poder mirar, Nepal, tu angustia
sin que todo me mueva a compasión.

Compasión, aguja
que la brecha sutura
con la fuerza del rayo,
a tu amparo se acogen
una mujer, un niño,
un hombre desvalido
en el techo del mundo.

Testigos del dolor
orquídeas jazmines rododendros
mostrad su llaga abierta.

Heraldos de la vida
de la esperanza perlas
abiertos corazones

¡FLORES DE KATMANDÚ, CUBRID LA TIERRA!



A la salida del Ateneo. De izquierda a derecha: Isabel Miguel, Mahmud Sogh, Elvira Daudet, Carmina Casala, José Luis Torrego, Antonio Capilla, Jesús Urceloy y Marisol Huertas.