Esta quietud que me envuelve
este sosiego interior,
era hora ya... que a mi vera
se acunase el ruiseñor.
Tañen campanas al aire
y el viento se precipita,
porque allí en aquella ermita
la luna... con su donaire
ha dado el Sí y habrá baile.
Con mantón color violeta
y su turbante de plata,
mi luna está “tan coqueta”
que mi pasión se desata.
Por broche lleva una estrella
y su marido el lucero
le ha dicho que es la más bella,
la joya del mundo entero.
Ahora mi luna palpita
es pícara y voluptuosa...
¡qué radiante, y qué bonita
va mi luna primorosa!