Y voy y vengo y sigue la lengua,
en las papilas tiembla el sabor.
Los labios redondean,
de giro en giro,
rueda el placer.
Y la nariz al compás del aroma
quiere llegar hasta el borde del cono.
La garganta recibe el jugo,
esa mixtura
que la saliva ya no soporta.
Y sigue y vuelve la lengua,
trazo elegante,
delicadeza en tantos poros
dulzura del beso frío,
los labios son un témpano.
Y voy y vengo y baja la lengua,
llega sin más al fin del fondo,
barquillo sin turrón.
Y por qué no
un helado caliente…
¿Quizá mejor tu boca?