Domingo


Es un momento vago.
Llevo puestas las gafas de ver el presente.
Hoy no haré piruetas por el pan de mis hijos.

Se han parado a la fuerza los vaivenes,
el ritmo está dormido.
No hay rotos a este lado de la calle.

He enterrado las costillas muy hondo en el sofá.
No oigo el aleteo del mandato.
Tengo la indiferencia conectada,
los mordiscos con la costra reincidente,                                 
y cerca de la nuez a un tal Joaquín,
sabineándome la tarde.