No se lo podía creer.
— Pero si tienes piña natural, mango, aguacates y una deliciosa ensalada de langosta con frutos del mar.
— El truco habitual para engañar a los turistas…
— Mujer, el hombre barbudo de las puertas nos lo dejó bien claro.
— Ya sabes lo que pienso sobre la censura y las restricciones - contestó ella, agitando su melena cobriza.
— Hay ocho restaurantes temáticos y un vegetariano de lujo. Elije uno, el que prefieras, tienes a tu disposición cuanto de comestible hay en la flora y en la fauna… Pero por favor, Eva, otra expulsión no.
— He dicho que me comeré la manzana y punto.