Voy surcando la tierra
conquisto el surco
al arado doy sangre
Yo persigo una estrella
y labro con mi vida
y me abro en tu garganta
y tu voz está en mí.
Cuando marchas ligero
camino alegremente
abriendo los caminos
sin secarme el sudor.
Mientras en viejo carro
me hostiga el charlatán
con la boca reseca
de palabras vacías.
Palabras que repite
como urraca cansada
prometiendo la nueva
que su dueño fulmina.
Y es que el huerto heredado
por los hijos de Adán
le ha sido arrebatado
al que no tiene nada.
Mas soy heraldo nuevo
como ave sideral
que volando muy alto
avento los engaños.
Y así requiero el tiempo
en que el árbol cobije
pajarillos alegres
en sus ramas amigas.