Desajuste

La foto es de
Santiago Solano


       Opaco no es el niño que era. Ha crecido lo menos uno coma seis pies. Le ha sobrevenido una voz de adulto muy marcada. El yo digital de Onésimo Painel, cuando habla a través de él, tal parece que fuera una sola cosa con el cuerpo orgánico que usa. No ocurre así cuando la carne es utilizada por el yo digital de Adrián. Hay ciertamente un desajuste. Es como si esa voz y lo que dice fueran elementos contrapuestos.
       De ahí la sensación de extrañeza de todo el que le escucha, como si una ausencia invisible pero necesaria lo quebrara todo.