el sabor a realidad no existe.
A la luz del deseo
se lamen lentamente,
los aromas amargos
hierven en la saliva.
Sigues revolviéndolos,
la lengua palpa un tono dulce,
nuevas especias abren las pupilas,
los dientes muerden el miedo,
se tragan los sinsabores.
De azul queda la boca,
explora el aire de lo posible,
la sonrisa se pega al labio,
vuela hasta un ideal.
Desde el latido de la tierra,
se calma la sed de un futuro.
Será el espejo
quien cada mañana,
nos leerá.
A la luz del deseo
se lamen lentamente,
los aromas amargos
hierven en la saliva.
Sigues revolviéndolos,
la lengua palpa un tono dulce,
nuevas especias abren las pupilas,
los dientes muerden el miedo,
se tragan los sinsabores.
De azul queda la boca,
explora el aire de lo posible,
la sonrisa se pega al labio,
vuela hasta un ideal.
Desde el latido de la tierra,
se calma la sed de un futuro.
Será el espejo
quien cada mañana,
nos leerá.