Viajeros que pasan

Extraída de Google

       Tengo mi gasolinera a las salida del pueblo. Nací en él hace cuarenta años. Estudié en la escuela las cuatro reglas. A los dieciocho mi padre me enseñó los trucos del despacho de combustibles. Y aquí estoy mucho tiempo después, viviendo mi vida apaciblemente.
       El hombre llegó en su Lamborghini negro. Dijo lleno; preguntó por el lavabo, y me dejó repostándolo. Volvió justo cuando había terminado. Se levantó la manga de la camisa... y entonces supe que era una de esas personas artificiales que dicen que andan sueltas por el mundo. 
       - Póngame un poco a mí - dijo.
       Estoy conmocionado.