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II
Hoy la vida que es luz
permanece sepulta en este otoño
por un cuajo dorado
Al monstruo del terror
que ha nacido del odio
y que mata con fuego
con diluvio de fuego vitalizan.
Que los dioses que alientan
en la gente inocente
nos protejan de este monstruo asesino
que se nutre del llanto y del horror.
Y no de horca y cuchillo los señores
que avivan este incendio
que nos destruye tanto
como a ellos alimenta en su ambición.