Burros del mundo

Hay quienes ignoran ser manejados como marionetas y asisten pasivos y aquiescentes a la cruda realidad que urden los que pretenden ser los dueños, incluso, de las conciencias. Hay también quienes son conscientes y se rebelan. Pero no nos equivoquemos, como decía Paulo Freire: "Nadie libera a nadie, nadie se libera solo". Así que mientras más seamos los que reaccionemos, menos nos tomarán por burros; a pesar de que, según digo en el poema, sea injusto para este noble animal el sentido peyorativo que al nombre damos.
BURROS DEL MUNDO, mostraos a los que se doblegan ante el palo, que escuchen el indócil  rebuzno y admiren vuestra PERTINAZ DESOBEDIENCIA.

Me preguntó una mujer
Por qué al burro llaman burro.
En el fondo su pregunta
Quizás pretendiera ser
Por qué llaman burro al torpe.
Y es que este animal tan noble
Tal vez merezca tener
Mejor tratamiento, porque
El uso del nombre da
Que por el nombre de él
Se infiera ya que sea torpe
Aunque torpe no lo sea.
¿Subyace así en la cuestión
Las cualidades nombradas?,
¿Al burro lo llaman burro
Porque el burro torpe sea?
Gran asunto o baladí
Esto del nominalismo
Que desde ya tan antiguo
La polémica suscita.
¿Lo impropio de la metáfora
Refuerza así sus axiomas
O sus axiomas rechaza?
Mas si el burro razonase
Seguro que exclamaría
Al verse llamar así:

“¡Que a mí me tengan por torpe
Es injusto de raíz.
Porque no quiera la carga
Y me resista a seguir
Las órdenes de la vara
Listo deberían saberme
Pues listo soy para mí.
Así que es gran injusticia
Y además una falacia
Que a mí me tengan por torpe.
De burro más bien se infiere
Ser listo e inteligente
Pues no acepto los castigos
Que a todo quisque se infiere
Cuando dobla la cerviz
Ante el yugo del pudiente.
El nombre le cedo pues
Si por burro he de ser torpe
Que mucho más torpe es él”.