Cuesta arriba

Extraída de Goolge
       Cuando Elías Quimey construyó el castillo de la palabra, todos los caballeros estuvieron de acuerdo en que convenía vigilar desde las almenas, todos se comprometieron a mantener los graneros con una aportación mínima semanal. Había que dar ejemplo a los otros constructores, mantener viva la llama de la creación, que nunca faltaran unos versos cayendo en la bastedad de los días. Todo fue bien durante un tiempo.
       Vinieron incluso juglares del norte con cantares épicos y se unieron al coro. Se extendió por el orbe digital la llama y todos cuantos alzaron su voz en pro del reino se sintieron afortunados.