Ni me mires

Extraída de Google

Los huesos salen por el escote,
comida de perros
anhelo de Hydra,
baba de cura pederasta
cayendo entre las grietas de la piel.


El agujero de una tarde con truenos
absorbe la malsana idea,
la carne busca calor
y la sangre que corre por la cara
no deja ver que se cierra un ojo marrón.


Nada hay tras una mano abierta,
el perdón del cuerpo humillado
pasea por los brazos
como un cangrejo en marea baja.


Si los labios no están pintados
los dientes se verán blancos,
si la carne se vuelve débil
es comida de anteayer.