Lunares negros




La luz que rompe las nubes
ha encendido la calle.
Brillan lunares negros,
la oscuridad de las aceras.


Unos ojos advierten de la talidomida
que silenció la forma del abrazo.
Tres monedas empapan un platillo
aún más frío que su cuerpo..


El escalón acoge otro mendigo
que no duda en enseñarnos su pérdida.
Su piel larga de arrugas
viste el oxido que le corroe el alma.


La primavera solo acude al violín de un músico,
sus manos sedientas de tanta hambre
lloran sueños de orquesta.


Muy cerca el aire que todo lo puede:
zapatos con sonido a tacón de cine
esconden cualquier mugre.
Un perfume que destila dinero
siempre nos huele a la misma ceguera.


La lluvia cae pero no aclara,
cada vez más lunares negros
sacuden la sensatez de lo humano.
¿Cómo soltar de las aceras tanta negrura?