Tu soledad y la mía

       Que Cataluña sea independiente no creo que contribuya a una mayor solidaridad entre la gente de nuestro país preocupada por la corrupción de los gobernantes, el menoscabo de la sanidad y la educación públicas, la precariedad en el empleo, el paro vergonzoso de jóvenes y mayores, el futuro de las pensiones, la emigración de parte de la juventud mejor preparada de nuestra historia...
      Hoy en día, las fronteras que dividen a los seres humanos no existen para el capital que se mueve especulando y creando conflictos sin importarle la muerte y la destrucción que siembra por doquier.
       Dicho esto, pienso que es momento de decir "¡basta!" a los que desde Cataluña y Madrid pretenden que concentremos nuestra atención en un asunto que desde luego no es el que va a resolver nuestros problemas ni en Cataluña, ni en el resto de España, menos aún en el mundo entero del que me siento ciudadano y del que nuestro país es nada más que una minúscula porción.

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Solo y aprisionado por culpables silencios
en el fondo de la noche espío las conciencias.
Tu soledad y la mía son del mismo cuerpo,
golpea tu indolencia y escucha, sí, despierta:

"Yo soy Thanatos. Invócame y te mostraré
mi rostro allá donde tenue la vida no espera.
Búscame en los ríos contaminados por fábricas
y en la flor sepultada entre latas de conservas.
Mira mi boca oceánica de negro abismo
tragar los residuos radiactivos que me obsequian.

Búscame en el cirujano negligente y mírame:
¿no ves mi semblante que ante el dolor no se altera?,
¿no ves mi rostro en tu espejo? Mírame y contémplate,
pues si mi alma glacial que engendra siempre la ausencia,
viajero, aún no encuentras, busca mi esencia en el hambre
de los niños y dime: ¿ahora notas mi presencia?

Entonces, coge tu alforja y camina... camina,
tendrás mi rostro de espanto un día en cualquier guerra."



Poema publicado en 
EL FUEGO EN LA PALABRA, 
Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2012